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Trudeau lanza un nuevo “Impuesto Digital” a empresas de e-commerce, redes sociales y páginas web

OpenAI | Miércoles 30 de agosto de 2023
El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, busca implementar un impuesto del 3% sobre los servicios digitales, a pesar de la oposición en Estados Unidos. Este impuesto afectaría la competitividad fiscal del país y generaría distorsiones en el mercado. Estados Unidos se opone a esta medida debido a cláusulas de tratados internacionales.

En contraste con la fuerte oposición en Estados Unidos, el Primer Ministro busca sumar a Canadá a la ola de países que establecen impuestos distorsivos sobre servicios digitales. La competitividad fiscal del país podría verse seriamente perjudicada. Bajo el liderazgo de Justin Trudeau, el Gobierno del Partido Liberal canadiense propone introducir un nuevo impuesto distorsivo sobre los servicios digitales. Aunque los planes para implementar esta medida datan del presupuesto del año 2021, fue puesto en pausa debido a un reciente acuerdo fiscal en el marco de la OCDE.

En el mes de agosto, se anunció por parte del Ministerio de Finanzas de Canadá que se avanzará nuevamente en la implementación del impuesto. Su entrada en vigencia está prevista para enero de 2024 como máximo. En caso de ser aprobado, también se aplicaría retroactivamente a los ingresos valuados hasta el 1° de enero del año pasado. La propuesta de Trudeau consiste en establecer un impuesto del 3% sobre los ingresos provenientes de los mercados en línea, las redes sociales, la venta y concesión de licencias, así como los anuncios en línea realizados por empresas con una facturación anual mínima de 750 millones de dólares.

Este nuevo recargo propuesto, a diferencia de otros impuestos, se enfoca únicamente en los ingresos de las empresas y no en sus ganancias totales. Incluso podría aplicarse a sociedades que están experimentando pérdidas. Sin embargo, este impuesto tiene un impacto significativo en la carga tributaria total y perjudica la competitividad fiscal en comparación con países como Estados Unidos que no tienen estos gravámenes. De acuerdo con un informe reciente de la Tax Foundation, imponer un impuesto del 3% sobre las ventas relacionadas con servicios digitales es equivalente a aplicar una tasa del 20% sobre las ganancias reales. Esta carga fiscal desproporcionada fomenta la evasión y el comercio informal.

En contraste, los gravámenes de este tipo generan distorsiones evidentes al afectar a las empresas de manera desigual según su tamaño. Al dirigirse únicamente a las grandes empresas multinacionales, que son las más competitivas, se crea una ventaja artificial para aquellas que están por debajo del umbral y se genera un incentivo para que las empresas cercanas a ese límite modifiquen intencionalmente sus acciones para evitar ser afectadas.

Las distorsiones en el mercado fueron alteradas por las empresas canadienses en primer lugar. Según la Cámara de Comercio de Canadá, el comercio digital es ahora un pilar para el crecimiento económico moderno y las medidas de Trudeau solo dificultan las relaciones con los socios comerciales más importantes. Estados Unidos es uno de los mayores opositores a este tipo de medidas y se negó a aplicar un impuesto a los servicios digitales debido a que choca con algunas cláusulas de tratados internacionales, incluido el Acuerdo Canadá-Estados Unidos-México (CUSMA). En menos de dos meses, el Gobierno de Trudeau ha anunciado su segundo impuesto, después de haber sancionado un recargo adicional sobre los combustibles que entrará en vigencia el 1° de julio.

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