OPINIÓN

Historias de inmigrantes: siempre seremos españoles

Un español en Alemania (138)

Jose Mateos Mariscal | Jueves 31 de marzo de 2022

Argimiro Perez. Desde que emigré a Alemania en 1973 no he regresado a España. Jamás pensé irme de mi España, mi país. Pero sí… me fui. Las causas, como las de muchos, fueron económicas. Ser inmigrante es una manera de ser que inicia al llegar al nuevo país, y que, en la mayoría de los casos, dura toda la vida...



Desde que emigré a Alemania en 1973 no he regresado a España, si fuera una sola vez tendría la intención de no volver más a Alemania, con las ganas de quedarme en mi país, de no abandonar otra vez el lugar donde nací y otra vez la que considero mi casa, mi origen, lo más mío, aquello a lo que pertenezco… de no dejar mi España.

Los años corren, la vida pasa, los sobrinos crecen y los hermanos hacen su vida. Es triste. Observo el paso del tiempo y los eventos como a través de una ventana, participando en lo que puedo, apoyando desde lejos. Preocupándome desde afuera por lo que pasa allá en España con los míos. Pero siempre desde afuera, desde la ventana Virtual. Igual que tantos, tantos inmigrantes. Únicos, pero no tanto. Los inmigrantes venimos de todas partes del mundo. Nuestras historias son únicas y al mismo tiempo tan comunes, repetidas, ¡las mismas!

Las razones inmediatas de la mudanza inicial cambian y los nombres de los actores en nuestro drama también. Pero cuando nos hermanamos con otros inmigrantes y compartimos y comparamos nuestras historias, nos damos cuenta de que las circunstancias se repiten y nos vemos reflejados en el otro, los mismos actores en distinto teatro. Y entonces, abrimos los corazones y sus costumbres enriquecen las nuestras, y nos tranquiliza darnos cuenta de que no solo lo nuestro existe, que no somos únicos y que en otras partes también se escriben historias de inmigrantes y aquí en Alemania se juntan en otras tantas piezas del mosaico multicolor que juntos formamos los inmigrantes.

"Migrantes españoles en Alemania"

José Mateos Mariscal en el serial “Un español en Alemania” escribe del espectáculo de la vida del emigrante que para hacer más real la problemática de la inmigración “pongo sobre el escenario del cine cortometraje intérpretes emigrantes de España a Alemania”.

Historias de migrantes españoles en Alemania. Dos países europeos. Motivos para partir de España a Alemania, aventuras que se viven en presente, arrastrando su pasado y buscando un futuro al que no terminan de alcanzar. ¿Están contentos o tristes? ¿Parten empujados por su situación o por una decisión personal? ¿Se puede empezar de nuevo? “Hablamos sobre el proceso de cada migrante español cuando al dejar algo atrás se encuentra en una nueva tierra, y qué es lo que le falta de eso que dejó”, comenta José Mateos Mariscal sobre Migrantes, espectáculo cinematográfico que para hacer más potente la interpretación pone sobre el escenario actores españoles de la vida real y actrices de reales de la vida emigrante de España a Alemania.

“Casi es un pretexto hablar de migrantes y países para contar ese recorrido, porque finalmente hay algo universal en el viaje de curiosidad hacia lo nuevo, inherente a cualquier ser humano”, destacan de la obra que se presenta en los futuros cortometrajes hechos en base a entrevistas en el serial "Un español en Alemania" a más de un centenar de inmigrantes españoles en el país, adaptando historias de vida real para la representación cinematográfica. “Reconozco que la temática de la migración, por mi recorrido personal, me llegó a las tripas. Casi de forma reivindicatoria, porque era volver a mi país, a España, y tenía que hablar de lo que me sucedió en Alemania de lo que viví, de lo que me transformó. Y esta obra era la mejor manera de hacerlo”. Un popurrí de historias que confluyen en una hermandad construida a base de distancia, añoranzas y el descubrimiento de lo mucho que comparten más allá de las diferencias.

La búsqueda de esa identidad esquiva, que no puede separar lo individual de lo colectivo, encuentran algunos ejes en los que sostenerse: la lengua, la comida, la historia. Lo que rescato de esa búsqueda es que “más allá de si cruza una frontera o no, el recorrido de hacerse preguntas. Y en todo viaje migrante está esa búsqueda, que también puede hacerse cambiando de barrio”, analiza y amplía: “La cuestión identitaria viene más del deseo y el coraje de cada ser humano de hacerse preguntas que de cruzar fronteras. Lo primero que se extraña, como una teta materna, es lo relacionado a los instintos: olores, colores, sonidos”.

Yo, José Mateos Mariscal, confieso que “todos aprendimos a comunicarnos con el lenguaje de otro país. ¡Había muchos malentendidos en el alemán! Todos nos alimentamos del otro lenguaje, de la otra comida, de pasiones y estereotipos que tiene cada país. Y en Alemania somos una familia”.

La obra cinematográfica propone recorrer el trayecto de estos migrantes desde sus países hasta Alemania en tono de clown y teatro físico llevado al cine. Familia, amores rotos, falta de objetivos, prejuicios o trabajo son disparadores para las distintas odiseas. En una escena despojada, pocos elementos construyen los ambientes. Maletas, una escalera y un carrito de comida son las redes que unen los caminos que cada uno va construyendo. ¿Hacen bien en migrar? No hay respuestas sobre el escenario del cine, sino el planteamiento de preguntas que se transmiten en un teatro de cine sensorial y muy visual, con un vestuario que ayuda a definir el carácter de los personajes, maquillaje diseñado por los propios protagonistas y música en vivo con guitarra española que define el clima en cada momento, desde los monólogos a la fiesta colectiva, en la que los aromas invaden el teatro de la vida del emigrante agregando un sentido más a la experiencia.

Cada personaje recupera algo de su tierra natal para tomar distancia o recuperar aquello de lo que se alejaron. Una forma ritual de exorcizar las angustias, que va desde el lenguaje a la comida. Risa aseguro que es el teatro llevado al cine que me gusta hacer, “con una noción de ritmo y de cuerpo que es la base del trabajo, con un músico que está ensayando a la par de los actores. Es una parte vital y esencial de la construcción teatral llevada al cine”, planteo, y recupero a la comida como marca de origen en todas las culturas: “Es una relación con lo más orgánico y profundo de una persona. Va directo a las tripas. Para mí es como un fetiche que haya comida, que estén disfrutando. Es dionisíaco, y lo teatral es celebración. La música y la comida son lenguajes que van más allá del lenguaje y hay llevar al cine, me entusiasma, y aseguro que en esa búsqueda “vemos realidades que compartimos como españoles, históricas, sociales y políticas. Son muchos procesos similares, es lo humano que nos aúna en una tierra Germana. Y un migrante se siente siempre casi al límite”, sostengo.

Migrantes en Alemania ya subió a escenarios en Alemania sueño con llevarlo a todos los países a través del cine en cortometrajes. Yo, Jose Mateos Mariscal cuento que lo que más disfrutan es “hacer cortometrajes de emigrantes españoles en Alemania. Somos una comunidad española en Alemania. Es un moverte sin acomodarte, siempre hay transformaciones”, apuesto, y Risa defino a la compañía como “una familia gitana, gente del viaje”, y recuerdo que la experiencia de tanta gente de países diferentes “fue muy loco porque éramos migrantes que migraban. Hay pocos momentos más hermosos que todos juntos en los buses, en los ferrys, en los aviones, todos con las maletas que usamos en la obra de teatro de la vida real del emigrante con miedo a olvidarnos alguna...”, concluyó: “En el momento es terrible pero después lo valoramos”.

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