OPINIÓN

El estado del estado (102): La verdad (XXVII)

Carlos González | Domingo 09 de mayo de 2021
Sobre las Élites, tanto acerca de su concepto, como la creación y diferenciación de las mismas, nos recuerda Yony que se ha escrito muchísimo y es bien conocido en la cultura Occidental.

Entendemos aquí por Élite a aquel conjunto de individuos que destacan como los mejores en una sociedad determinada, y siempre pasan a estar al frente de ese grupo social, o de sus instituciones. Estos individuos alcanzan a ser dicha élite porque han destacado en aquellos temas que en cada momento histórico, cultural, geográfico o incluso climático, han preocupado a la mayoría, o han sido necesarios o imprescindibles para las necesidades, utilidades o diversiones de esa sociedad concreta. Por ello encontramos como tales a: Políticos, Guerreros, Comerciantes, Deportistas, Literatos, Artistas de todo tipo, Profesionales

Un asunto que ha de ser tenido en cuenta es que en la práctica no solo son personas de ambos sexos los que ostentan esa condición, sino que a veces también lo constituyen familias, asociaciones, instituciones o cualquier otro grupo de varias personas que pasan a figurar con esa condición de destacados y, a su vez, referentes y ejemplos para el resto de personas y agrupaciones sean del tamaño que sean. Por eso el término, Élites, se suele emplear para referirse a aquel conjunto que es destacado dentro de una organización social como referentes y ejemplos a seguir e imitar, que a su vez son usados como símbolos de lo que se debe hacer o pensar. Todos los santos de la iglesia católica no son más que las élites que han de ser mostradas como ejemplo.

Es cierto que esas personas han de salir de familias o instituciones que constituyen en ocasiones más la posición elitista que la persona misma. Sin una familia que ha educado y formado a sus vástagos en eso objetivos y valores , puede suceder, pero es muy difícil que salga alguien que alcance altos niveles. Y lo que ya está demostrado hasta la saciedad, Yony nos dice que recojamos esto en nuestra memoria porque es muy importante, es que solo en aquellos estados que existen Academias militares, Universidades o federaciones deportivas con grandes formadores o entrenadores, y con ayuda directa a los futuros deportistas, pueden salir figuras de talla internacional. Suele haber una correlación directísima entre la existencia de condiciones de élite en una sociedad, sobre todo formativas, para que salgan individuos que destacarán por encima de los demás en esas actividades.

Bien es cierto, también, que el problema en el que pueden incurrir esas familias e instituciones élite, es en que se anquilosen, que se momifiquen y no se produzcan renovaciones en las formas de educación y aprendizaje, o en la mejora de profesores y entrenadores y lo que hacen es mantener a esos alumnos sin alcanzar conocimientos nuevos. Lo que sucederá entonces es que esas élites quedarán rezagadas y serán reemplazadas por otras. Las revoluciones políticas surgen –compruébese que siempre fue así- cuando las élites se han dormido, defienden criterios de cientos de años atrás y ya no son útiles para las necesidades y competencias de esa época que ya han llegado, por mucho que esas élites -que siempre tienden a ser conservadoras- se empeñen en retrasar.

De esas familias e instituciones suelen salir los líderes físicos de todo tipo que van a guiar a ese grupo social en la competencia con los demás. Principalmente van a salir los líderes políticos que ostentarán cargos en los distintos centro de poder. Primero porque son los que gozan de los privilegios para poder pagar las caras educaciones y formaciones, y segundo porque son los que, entre sí, gozan de los contactos necesarios para promocionar a sus hijos y pupilos. Una de las características importantísimas es que esos vástagos de esas familias élite se conocen y apoyan entre sí. Ellos han de prevalecer siempre frente a todos los demás componentes del grupo social.

Esas Élites son el verdadero reservorio de los dogmas, creencias, ideas y costumbres de esa cultura y, por ello, de ese grupo social organizado. Mientras esas élites se mantengan firmes ese grupo crecerá y pervivirá, cuando estas flaqueen el grupo como tal de destruirá. Podemos apreciar el vigor y valor de cualquier grupo social analizando a sus élites. Estas marcan todo el devenir porque son la verdadera columna vertebral del grupo.

Ya ha sido estudiado y destacado, dice Yony, que mientras esas élites son jóvenes y fuertes se les denomina “Creativas”, porque hacen avanzar en todos los niveles al grupo y lo engrandecen y fortalecen. Cuando ya decaen se les denomina “Extractivas”. Estas se dedican a vivir de las viejas glorias, de las rentas, explotan a sus conciudadanos sin escrúpulo alguno, son parásitas y destructivas y marcan claramente el preludio de la destrucción y desaparición de ese grupo social, de esa “Cultura o civilización”.

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