OPINIÓN

Cuando la soldadesca británica tiró a matar

El triunfo de la impunidad (I):

Luys Coleto | Viernes 22 de enero de 2021
Treinta años después de la matanza, Paul Greengrass dirige en 2002 una obra maestra, Bloody Sunday. A la sazón, Domingo sangriento, retratando con espeluznante veracidad aquel 30 de enero de 1972 en el que tropas británicas abrieron fuego contra manifestantes norirlandeses en Derry.

Impunidad total si tiras a matar contra gente indefensa

La cinta está inspirada en el magnífico libro de Don Mullan, Eyewitness Bloody Sunday, publicado en 1997. El libro, como la película - ganadora del Oso de oro en Berlín exaequo con mi venerado anime El Viaje de Chihiro - muestra lo ocurrido aquel aciago día a través de la mirada de Ivan Cooper, diputado del Partido Socialdemócrata y Laborista en el Parlamento de Irlanda del Norte que participó en la organización de la manifestación en Derry de la Asociación por los derechos civiles de Irlanda del Norte.

La marcha, como es sabido, concluyó con los paracaidistas del ejército británico abriendo fuego indiscriminadamente sobre los manifestantes, ocasionando la muerte a trece de ellos durante los primeros instantes de la carnicería y a un décimo cuarto cuatro meses y medio más tarde a consecuencia de las gravísimas heridas sufridas.

Con posterioridad, el primer ministro británico, Edward Heath, encargó una investigación tras los incidentes al Presidente del Tribunal Supremo. Dicha pesquisa, asombrosamente, fue presentada en menos de tres meses, y sus conclusiones absolvían a los soldados que habían participado en la matanza. Se entendió que actuaron en defensa propia. Sic.

¿Se puede perdonar a los que tiran a matar a gente inocente?

En junio de 2010 el primer ministro británico, David Cameron, admitió con veraz pesadumbre “que la famosa matanza conocida como el Domingo Sangriento del 30 de enero de 1972 en Irlanda del Norte "ni estaba justificada ni es justificable", declarándose "profundamente consternado" por lo que hizo aquel día la soldadesca británica.

A partir de las conclusiones del denominado Informe Saville, que vio la luz en junio de 2010, Cameron acabó aceptando que los catorce manifestantes muertos a tiros por los milicos en las calles de Derry - como la gran mayoría denomina a la oficialmente llamada Londonderry - eran absolutamente inocentes. Su principal conclusión: ninguna de las catorce personas asesinadas aquel día llevaba armas de fuego y los soldados no dieron, en ningún momento, ningún aviso previo antes de comenzar a disparar contra la multitud. Y, desde luego, agrego, fortaleció a la banda asesina IRA, incrementó justificadamente la hostilidad hacia el ejército y exacerbó el inicuo espanto norirlandés durante los siguientes decenios.

Impunidad no, gracias

….Más tarde, familiares de las víctimas del Bloody Sunday fueron desfilando, una a una, para proclamar que sus seres queridos, hermanos, hijos, padres o sobrinos, eran inocentes y no suponían amenaza alguna para los soldados que dispararon contra ellos.

Al final, sublime broche simbólico, dichos familiares rompieron en pedacitos reproducciones del primer informe oficial británico, que tan solo diez semanas después del Domingo Sangriento exoneró al Ejército de cualquier responsabilidad".

En fin.

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