La BBC ha revelado que las autoridades de Georgia utilizaron un compuesto químico de la Primera Guerra Mundial para dispersar a los manifestantes durante protestas en 2024. Los manifestantes, que se oponían a la suspensión de las negociaciones para la adhesión a la Unión Europea, reportaron síntomas duraderos como ardor en la piel, dificultad para respirar y vómitos tras ser rociados con cañones de agua. Expertos en armas químicas sugieren que el agente utilizado podría ser el bromobenzilo cianuro, conocido como camite, un compuesto prohibido por sus efectos persistentes y peligrosos. A pesar de las acusaciones, el gobierno georgiano ha calificado estas afirmaciones como absurdas. La situación ha generado preocupaciones sobre el uso de agentes químicos en el control de multitudes y su legalidad bajo el derecho internacional.
Las autoridades de Georgia han sido acusadas de utilizar un arma química de la era de la Primera Guerra Mundial para reprimir a los manifestantes que se oponen al gobierno. Según evidencia recopilada por la BBC, el uso de este agente ha dejado a muchos protestantes con síntomas persistentes.
Un manifestante, al describir su experiencia con el agua lanzada por cañones, comentó que "podías sentir [el agua] ardiendo", una sensación que no pudo ser eliminada inmediatamente. Los participantes en las manifestaciones contra la suspensión del proceso de adhesión a la Unión Europea también reportaron otros síntomas como dificultad para respirar, tos y vómitos que duraron semanas.
La BBC ha consultado a expertos en armas químicas, denunciantes del cuerpo policial antidisturbios de Georgia y médicos, quienes coinciden en que el agente utilizado es conocido como "camite". Este compuesto fue empleado por Francia contra Alemania durante la Primera Guerra Mundial y se cree que fue retirado del uso debido a sus efectos duraderos.
Las autoridades georgianas han calificado las conclusiones de la investigación como "absurdas" y han defendido la legalidad de las acciones policiales frente a lo que consideran "actos ilegales de criminales brutales". Sin embargo, el Dr. Konstantine Chakhunashvili, quien participó en las protestas y sufrió efectos adversos tras ser rociado con el cañón de agua, ha llevado a cabo un estudio sobre los síntomas experimentados por otros manifestantes.
El Dr. Chakhunashvili, pediatra y activista, encontró que casi 350 personas respondieron a su encuesta sobre los efectos secundarios sufridos tras las medidas de control de multitudes. Aproximadamente la mitad reportó haber experimentado uno o más efectos adversos durante más de 30 días. Estos síntomas incluían dolores de cabeza, fatiga, tos y dificultad para respirar.
Su investigación ha sido revisada por pares y aceptada para publicación en Toxicology Reports. Además, 69 encuestados fueron examinados por él y mostraron una prevalencia significativamente mayor de anormalidades en las señales eléctricas del corazón. El informe del Dr. Chakhunashvili respalda las afirmaciones realizadas por periodistas locales y organizaciones de derechos civiles sobre la posible contaminación química del agua utilizada por la policía.
Varios denunciantes dentro del Departamento de Tareas Especiales –el nombre oficial de la policía antidisturbios georgiana– ayudaron a identificar el probable compuesto químico utilizado. Lasha Shergelashvili, exjefe de armamento del departamento, afirmó haber probado este mismo compuesto en 2009 y advirtió sobre sus efectos peligrosos.
Shergelashvili relató que después de estar expuesto al agente químico tuvo dificultades para respirar e incluso luego de lavarse no pudo eliminar completamente sus efectos. A pesar de sus advertencias contra su uso, asegura que este compuesto continuó siendo cargado en los vehículos antidisturbios hasta su salida del país en 2022.
A medida que surgen más testimonios sobre el uso potencialmente ilegal del camite durante las protestas, expertos legales advierten sobre las implicaciones internacionales. La ONU ha señalado que cualquier medida utilizada por fuerzas policiales debe ser proporcional y tener efectos temporales; sin embargo, los síntomas descritos superan lo considerado aceptable bajo estas normas.
Alice Edwards, Relatora Especial sobre Tortura de la ONU, enfatizó que "las poblaciones nunca deben ser sometidas a experimentos" y pidió investigaciones exhaustivas sobre estos incidentes. Las autoridades georgianas han desestimado estas preocupaciones como "frívolas", mientras continúan las manifestaciones nocturnas exigiendo cambios políticos significativos.
| Descripción | Cifra |
|---|---|
| Número de personas que se pusieron en contacto con Dr. Chakhunashvili | 350 |
| Porcentaje de personas que reportaron efectos secundarios por más de 30 días | Casi 50% |
| Número de personas examinadas por Dr. Chakhunashvili | 69 |
| Aumento en la prevalencia de anormalidades en los señales eléctricos del corazón | Significativamente mayor |