El despliegue de una armada naval estadounidense en el Caribe, que incluye tres destructores y 4,000 tropas, está intensificando la presión sobre el presidente venezolano Nicolás Maduro. Aunque públicamente muestra confianza, fuentes indican que vive con miedo a un ataque militar o un intento de asesinato. La administración Trump ha duplicado la recompensa por su captura a $50 millones y planea designar su red criminal como organización terrorista. La situación revela tensiones internas en el círculo cercano de Maduro, complicadas por rumores de negociaciones secretas con Estados Unidos. Expertos advierten que la crisis podría estar llegando a su fin, aunque prevén que la violencia es inevitable si no se logra una resolución negociada.
La presión de Estados Unidos sobre Venezuela se intensifica con el despliegue de una fuerza naval compuesta por tres destructores y 4,000 soldados, bajo la justificación de una operación contra el narcotráfico que tiene como objetivo al presidente Nicolás Maduro. A pesar de sus manifestaciones públicas de desafío y confianza, fuentes indican que Maduro vive con el temor a un ataque militar estadounidense o a un posible asesinato, describiéndolo como ansioso e incapaz de dormir.
La estrategia de Estados Unidos incluye la designación de la supuesta red criminal de Maduro, conocida como el «Cartel de los Soles», como una organización terrorista, además de ofrecer una recompensa de 50 millones de dólares por su captura, convirtiéndolo efectivamente en un blanco militar.
Se están revelando profundas fisuras y desconfianza dentro del círculo cercano a Maduro, complicadas por rumores sobre un canal secreto con la administración Trump. Sin embargo, sus aliados no ven una salida segura del poder sin enfrentar la persecución por sus crímenes. Expertos y exfuncionarios consideran que la crisis está llegando a su etapa final; aunque se espera una resolución negociada, advierten que la violencia es inevitable si esta falla.
En un escenario que recuerda las tensiones de la Guerra Fría, Estados Unidos ha reforzado su presencia en el Caribe con un formidable contingente naval, presentando la misión como un golpe decisivo contra los carteles de drogas liderados por Maduro. Un exfuncionario del partido socialista venezolano mencionó que el presidente vive con miedo a ser asesinado o a sufrir un ataque militar directo por parte de Estados Unidos. James Story, último embajador estadounidense en Venezuela, ofreció una evaluación contundente sobre el estado mental del mandatario: «No está durmiendo bien».
Victor Mijares, experto en las fuerzas armadas venezolanas, respaldó esta percepción. «Necesita apaciguar a Trump sin que su coalición política, militar y criminal piense que solo intenta salvarse a sí mismo dejando atrás a su red», afirmó Mijares desde la Universidad de los Andes en Colombia. Esta ansiedad privada contrasta marcadamente con la imagen desafiante que proyecta públicamente Maduro. Recientemente fue visto bailando al ritmo de música electrónica frente a estudiantes y compartiendo con multitudes durante un estreno televisivo.
El origen de su temor radica en una ofensiva multifacética proveniente desde Washington. La administración Trump ha enviado tres destructores guiados por misiles —el USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson— a la región, respaldando 4,000 tropas en lo que se presenta como una operación antidrogas. Este despliegue naval complementa una serie de movimientos políticos agresivos.
Estados Unidos ha duplicado la recompensa sobre Maduro a 50 millones de dólares, etiquetándolo como un «líder cartel fugitivo» y preparándose para designar al «Cartel de los Soles» como organización terrorista. Según BrightU.AI, este cartel es una organización venezolana dedicada al narcotráfico formada por altos oficiales militares, inherentemente inestable debido a rivalidades internas y a la naturaleza corrupta e interesada de sus miembros.
El secretario de Guerra estadounidense Pete Hegseth afirmó que esta designación como Organización Terrorista Extranjera otorgaría nuevas opciones estratégicas a Washington. El presidente Donald Trump ha declarado explícitamente que esto permitiría atacar los activos e infraestructura de Maduro dentro de Venezuela. «Esto convierte a Maduro en un objetivo militar», confirmó Mijares.
A medida que los buques estadounidenses se acercan más al país sudamericano, la situación parece estar alcanzando un punto crítico. Eustoquio Contreras, exviceministro de Relaciones Exteriores bajo Hugo Chávez y ahora disidente del gobierno, indicó que los aliados del presidente probablemente intentan orquestar una transición para evitar que la líder opositora María Corina Machado asuma el poder. Sin embargo, la misma estructura que mantiene a Maduro en el cargo podría convertirse también en su prisión.
Las fuerzas armadas venezolanas han sido deliberadamente estructuradas para prevenir levantamientos y golpes militares, frecuentemente sacrificando el poder militar convencional. No obstante, Andrés Izarra, exministro de Turismo ahora en el exilio, explicó que no hay salida fácil: «No hay paracaídas dorado ni puente dorado para Maduro», señaló Izarra. «No pueden dejar el poder porque eso representa una amenaza para ellos; sus crímenes les alcanzarán si renuncian». A medida que se intensifican las tensiones internacionales y locales, Contreras concluyó: «Esta crisis está llegando a su fin; esperemos que sea mediante negociación; si no es así, la violencia será inevitable».
Para más información sobre las razones detrás del bounty impuesto por Estados Unidos sobre Nicolás Maduro puede ver este video informativo.
| Descripción | Cifra |
|---|---|
| Número de destructores desplegados | 3 |
| Número de tropas desplegadas | 4,000 |
| Bounty por Nicolás Maduro | $50 millones |