Machu Picchu, Peru's iconic 15th-century Inca city and UNESCO World Heritage site, is facing a significant dispute over tourist bus services that has led to the stranding of approximately 1,400 visitors. The conflict centers around the local bus company Consettur, which has operated for 30 years but recently lost its license to a rival firm amid allegations of an opaque bidding process. Tourists must navigate a complex journey involving train travel to Aguas Calientes followed by a bus ride to reach the site, with complaints about high ticket prices and inadequate local revenue from tourism. Local authorities are calling for reforms to ensure more funds benefit the community and improve services. The situation highlights ongoing tensions in the region regarding tourism management and local economic benefits.
Machu Picchu, un emblemático sitio arqueológico del siglo XV y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se enfrenta a una crisis debido a una disputa sobre el servicio de autobuses que transporta a los turistas desde Aguas Calientes. Este atractivo turístico recibe más de 1.6 millones de visitantes al año, pero acceder a él no es una tarea sencilla.
El conflicto ha llevado a que alrededor de 1,400 turistas quedaran varados recientemente, lo que obligó a las autoridades a organizar su evacuación. Cristian Alberto Caballero Chacón, responsable de operaciones de la empresa de autobuses Consettur, afirma que esta compañía ha sido la encargada de transportar diariamente a aproximadamente 4,500 personas hacia Machu Picchu durante los últimos 30 años.
El trayecto en autobús dura unos 20 minutos; sin embargo, la única alternativa para quienes prefieren no utilizar este servicio es realizar una caminata empinada que puede tomar hasta dos horas.
En los últimos meses, han surgido tensiones entre diferentes comunidades locales. Caballero reconoce que ha habido conflictos relacionados con la pérdida de la licencia de Consettur ante una empresa competidora en esta remota región peruana. Para llegar a Machu Picchu sin caminar, los turistas deben primero tomar un tren hacia Aguas Calientes, un viaje que puede durar entre dos y tres horas, seguido del traslado en autobús para completar el recorrido.
En septiembre pasado, manifestantes bloquearon la vía del tren hacia Aguas Calientes como protesta por lo que consideraron un proceso de licitación poco transparente. Esta acción resultó en la intervención de las autoridades peruanas para despejar las vías y evacuar a los turistas mediante servicios especiales.
Los habitantes locales expresan su descontento ante el hecho de que Consettur haya mantenido un monopolio en el lucrativo servicio de autobuses y temen que esta situación cambie con la llegada de San Antonio de Torontoy como nuevo proveedor. Un billete redondo cuesta $24 para extranjeros y $15 para peruanos.
A pesar de que la licencia de Consettur expiró en septiembre, la empresa continúa operando sus autobuses mientras se resuelven desafíos legales relacionados con San Antonio de Torontoy. La situación es compleja, ya que involucra intereses económicos diversos dentro de las comunidades locales. Caballero defiende a Consettur afirmando que no es un monopolio, sino una asociación compuesta por 12 empresas diferentes.
El alcalde de Aguas Calientes, Elvis La Torre, también ha manifestado su preocupación respecto a los ingresos generados por las entradas al sitio arqueológico. Según él, solo el 10% del dinero recaudado permanece en la región; el resto se destina al Ministerio de Cultura para mantener otros sitios arqueológicos en Perú.
La Torre aboga por una mayor distribución de estos recursos para mejorar las condiciones locales y fomentar proyectos turísticos beneficiosos para la comunidad.
Carlos González, presidente del gremio turístico del departamento del Cusco, sostiene que es necesario actualizar las leyes para permitir un control estatal sobre todos los medios de transporte público en Perú. González enfatiza que sin un enfoque unificado hacia el turismo en el país, será difícil competir a largo plazo.
A medida que continúan las disputas sobre el servicio de autobuses y las tarifas elevadas del tren hacia Aguas Calientes —que oscilan entre $140 y $2,000— turistas como Annalise Jaksic expresan su frustración por los costos adicionales asociados con su visita. Además, muchos viajeros enfrentan dificultades al adquirir boletos para ingresar al sitio arqueológico sin recurrir a costosos tours guiados.
A medida que estas tensiones persisten y se desarrollan nuevas dinámicas económicas y sociales en torno al turismo en Machu Picchu, tanto Consettur como San Antonio de Torontoy esperan recibir las aprobaciones necesarias para operar plenamente sus servicios.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 1.6 millones | Turistas que visitan Machu Picchu al año |
| 4,500 | Personas transportadas diariamente por Consettur |
| 20 minutos | Duración del viaje en bus a Machu Picchu |
| $24 / $15 | Costo del billete de ida y vuelta en autobús (extranjero/peruano) |
| $140 - $2,000 | Costo del billete de tren (más barato / primera clase) |
| 10% | Porcentaje de ventas de entradas que se queda en la región |