Las fuerzas policiales de EE. UU. y Canadá han comenzado a utilizar robots "perro" armados, como el Spot de Boston Dynamics, en situaciones de alto riesgo, incluyendo amenazas de bomba y rehenes. A pesar de su costo elevado, que supera los $100,000 por unidad, estos robots generan preocupación entre defensores de los derechos civiles, quienes advierten sobre la militarización y la erosión de las libertades civiles. Programas como el Digidog del NYPD fueron suspendidos tras la oposición pública, pero han sido reintroducidos. Críticos señalan que la falta de supervisión federal podría llevar a abusos y un estado de vigilancia descontrolado. La creciente adopción de estas tecnologías plantea preguntas sobre su efectividad y el impacto en la confianza comunitaria.
Las agencias de seguridad en Estados Unidos y Canadá han comenzado a incorporar el robot Spot, desarrollado por Boston Dynamics, en sus operaciones. Este dispositivo, valorado en más de $100,000, se encuentra actualmente en más de 60 unidades de bombas y equipos SWAT. Su función principal es intervenir en situaciones de rehenes, amenazas de bomba y ambientes peligrosos, sustituyendo a los oficiales humanos en escenarios de alto riesgo.
Sin embargo, la implementación de estas tecnologías ha suscitado preocupaciones entre críticos que advierten sobre un avance hacia el autoritarismo. Se compara la vigilancia robótica con estados distópicos donde la privacidad y las libertades civiles están comprometidas. El programa Digidog del Departamento de Policía de Nueva York fue suspendido en 2021 tras una fuerte reacción pública, pero fue reintroducido por el alcalde Eric Adams, lo que ha reavivado el debate sobre el uso de robots en la policía.
A pesar de las ventajas tácticas que ofrecen estos robots, su despliegue ha encontrado una oposición considerable. Grupos defensores de los derechos civiles argumentan que estos dispositivos normalizan la militarización de la policía mientras evaden mecanismos de rendición de cuentas. Beryl Lipton, representante de la Electronic Frontier Foundation (EFF), enfatizó que “no se trata realmente de un perro; es otra herramienta tecnológica para la policía”.
Por otro lado, Ryan Calo, profesor especializado en derecho robótico en la Universidad de Washington, advirtió que el uso excesivo de estos robots podría deshumanizar aún más a las fuerzas del orden y debilitar los vínculos comunitarios.
Aunque Boston Dynamics prohíbe la armamentización del Spot, otras empresas como Ghost Robotics han desarrollado perros robot equipados con rifles. La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) ha adquirido un robot canadiense por $78,000, capaz de lanzar bombas de humo, lo que plantea inquietudes sobre una posible escalada en el control de multitudes.
Cada unidad del Spot tiene un costo superior a $250,000, financiado mayormente por subvenciones fiscales. Algunas fuerzas policiales ya operan con varios modelos; sin embargo, críticos cuestionan si este gasto está justificado sin evidencia clara sobre su efectividad en la reducción del crimen.
A lo largo del país, desde Los Ángeles hasta Honolulu, la resistencia pública se mantiene firme. Más de 8,000 personas firmaron peticiones contra la adquisición del Spot por parte del Departamento de Policía de Honolulu, temiendo un abuso potencial similar al retratado en series como "Black Mirror". Nicholas Monaco, analista político, expresó: “Los robots no pueden reemplazar el espíritu humano en la policía”.
A medida que las agencias continúan avanzando con sus flotas robóticas, persiste una falta notable de transparencia. Aunque Boston Dynamics exige que las agencias detallen el uso previsto antes de realizar una compra, muchos piden supervisión federal para prevenir abusos.
El ascenso de los perros robot marca un cambio significativo en la aplicación de la ley—un cambio que debe equilibrar el potencial para salvar vidas con serios riesgos para las libertades civiles. A medida que aumentan las preocupaciones sobre armamento y vigilancia militarizada, el debate sobre esta tecnología sigue abierto.
A medida que los departamentos policiales amplían sus capacidades robóticas, queda una pregunta crucial: ¿protegerán estas máquinas a los oficiales o allanarán el camino hacia un estado vigilante sin restricciones? Por ahora, Spot sigue patrullando las calles; sin embargo, la aceptación o resistencia pública determinará el futuro mismo del ejercicio policial.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| $100,000+ | Valor del robot Spot de Boston Dynamics. |
| 60+ | Número de escuadrones de bombas y equipos SWAT en EE.UU. y Canadá que utilizan el robot Spot. |
| $250,000+ | Costo de cada unidad Spot con adiciones. |
| $78,000 | Costo de un robot comprado por ICE capaz de desplegar bombas de humo. |
| 8,000 | Número de personas que firmaron peticiones contra la adquisición del Spot por parte del Honolulu PD. |