El senador Chuck Grassley (R-IA) exige al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que detenga la emisión de permisos de trabajo para estudiantes extranjeros, específicamente los programas de Entrenamiento Práctico Opcional (OPT) y Entrenamiento Práctico Curricular (CPT). Argumenta que estos programas violan la ley de inmigración, desplazan a trabajadores estadounidenses y representan riesgos para la seguridad nacional. En 2024 se emitieron más de 400,000 permisos, lo que ha generado críticas por permitir a las empresas eludir los límites de visas y contratar graduados extranjeros a menor costo. Grassley destaca preocupaciones sobre el desempleo entre graduados estadounidenses en campos STEM y advierte sobre el uso indebido de estos permisos por parte de nacionales chinos en posiciones tecnológicas sensibles. La controversia se intensifica con un posible enfrentamiento legal en la Corte Suprema sobre la legalidad de estos programas.
El senador Chuck Grassley, representante del estado de Iowa y presidente del Comité Judicial del Senado, ha intensificado su presión sobre el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para que ponga fin a dos programas de permisos de trabajo controversiales: el Entrenamiento Práctico Opcional (OPT) y el Entrenamiento Práctico Curricular (CPT). Según Grassley, estos programas infringen las leyes de inmigración, desplazan a trabajadores estadounidenses y representan riesgos para la seguridad nacional.
Las críticas hacia los programas OPT y CPT apuntan a que funcionan como un resquicio legal que permite a las corporaciones eludir los límites de visas y contratar a graduados extranjeros a un costo menor. En 2024, se emitieron más de 400,000 permisos bajo estas iniciativas, en un contexto donde el desempleo entre graduados estadounidenses está en aumento, especialmente en campos STEM.
Grassley ha señalado que más de 33,000 ciudadanos chinos con permisos de trabajo en STEM ocupan posiciones en sectores tecnológicos sensibles, a pesar de las advertencias del FBI sobre el robo sistemático de propiedad intelectual por parte de China mediante infiltraciones académicas y corporativas. El senador sostiene que los visados estudiantiles deben ser utilizados exclusivamente para fines educativos y exige al DHS justificar o finalizar estos programas, citando fallos recientes del Tribunal Supremo que limitan la expansión administrativa.
Los lobbies empresariales defienden los programas OPT y CPT argumentando que son esenciales para la innovación. Sin embargo, los críticos sostienen que estos mecanismos suprimen salarios y priorizan agendas globalistas por encima de la soberanía estadounidense. Esta situación recuerda abusos históricos relacionados con las visas H-1B, donde se acusó a grandes empresas tecnológicas de reemplazar trabajadores estadounidenses con mano de obra extranjera más barata.
A medida que crece la tensión sobre las políticas laborales extranjeras y la influencia corporativa en la aplicación de la inmigración en Estados Unidos, el destino de estos permisos dependerá ahora de la respuesta del DHS y posiblemente del próximo movimiento del Tribunal Supremo. Grassley ha alineado su postura con esfuerzos más amplios para restaurar la aplicación efectiva de las leyes migratorias.
No obstante, cualquier cambio en esta política podría afectar industrias enteras que dependen del talento extranjero. La discusión actual pone de relieve no solo preocupaciones económicas sino también cuestiones críticas relacionadas con la seguridad nacional y el futuro laboral de los ciudadanos estadounidenses.
Para conocer más sobre este tema, se puede consultar Migrants.news, donde se encuentran historias similares relacionadas con políticas migratorias y sus implicaciones.
Cifra | Descripción |
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400,000 | Permisos de trabajo emitidos en 2024 para estudiantes extranjeros. |
33,000 | Nacionales chinos con permisos de trabajo en STEM que ocupan puestos sensibles en tecnología. |
22 a 27 | Rango de edad de hombres cuya tasa de desempleo es similar independientemente de si tienen un título. |