El Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) ha decidido prohibir los proyectos solares financiados por contribuyentes en tierras agrícolas productivas, marcando un cambio significativo en la política energética del país. Esta medida busca proteger la seguridad alimentaria y la soberanía nacional, tras la alarmante pérdida de 1.2 millones de acres de tierras agrícolas en Tennessee debido al desarrollo solar. La nueva política también prohíbe el uso de paneles solares fabricados por adversarios extranjeros como China y limita los préstamos del USDA para proyectos solares a sistemas pequeños. Legisladores de ambos partidos han elogiado esta decisión como un paso crucial para preservar la agricultura estadounidense y garantizar que las tierras agrícolas no sean sacrificadas por subsidios a energías renovables. Para más detalles, visita el enlace: https://biblioteca.cibeles.net/breaking-usda-halts-taxpayer-funded-solar-panels-on-farmland-protecting-food-security-and-national-sovereignty/.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) ha tomado la decisión de prohibir los proyectos solares financiados con fondos públicos en tierras agrícolas productivas, marcando un cambio significativo en una tendencia que se había prolongado durante más de una década. Esta medida busca revertir la pérdida de tierras agrícolas a favor de iniciativas energéticas «verdes» subsidiadas.
En el estado de Tennessee, se han perdido aproximadamente 1.2 millones de acres de tierras agrícolas en los últimos 30 años debido al desarrollo solar, y las proyecciones sugieren que esta cifra podría alcanzar los 2 millones de acres para el año 2027. Además, el uso de paneles solares fabricados por adversarios extranjeros, como China, queda ahora prohibido en proyectos financiados por el USDA.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, anunció esta política durante un evento en Lebanon, Tennessee. En compañía del gobernador Bill Lee y un grupo bipartidista de líderes congresionales, Rollins afirmó que no se permitirá más el financiamiento de proyectos solares o eólicos en tierras agrícolas con dinero público. Este giro político responde a datos alarmantes sobre la pérdida de tierras cultivables a causa del desarrollo energético renovable.
«Esta destrucción de nuestras granjas y suelos fértiles está robando el futuro a la próxima generación de agricultores», expresó Rollins. Con este cambio, se espera que se eliminen las subvenciones para grandes granjas solares industriales y se restrinja el acceso a préstamos del USDA para estos proyectos.
La decisión ha recibido elogios bipartidistas por parte de legisladores que consideran esta acción como una victoria para la seguridad alimentaria y la economía rural. La nueva política incluye restricciones más estrictas sobre la elegibilidad para préstamos del USDA y limita los sistemas fotovoltaicos solares a 50 kW.
Desde 2012, el número de paneles solares instalados en tierras agrícolas ha aumentado casi un 50%, lo que ha llevado a críticos a argumentar que estas políticas han distorsionado los mercados agrarios y dificultado el acceso a la tierra cultivable para nuevos agricultores.
Este anuncio representa un cambio fundamental en las prioridades federales, priorizando la producción nacional de alimentos y la independencia energética sobre lo que algunos críticos denominan «experimentos energéticos verdes» poco confiables. La nueva política también refleja una creciente preocupación bipartisan sobre la influencia china en la infraestructura energética estadounidense.
Entre los aspectos clave del nuevo enfoque se encuentran:
Legisladores rurales han expresado su apoyo entusiasta hacia esta decisión, advirtiendo desde hace tiempo que las subvenciones solares estaban socavando la seguridad alimentaria del país. Entre los defensores más vocales se encuentran senadores y representantes que han enfatizado la importancia de preservar las tierras agrícolas para garantizar un suministro alimentario seguro.
A medida que otras agencias federales también comienzan a revertir políticas similares relacionadas con energías renovables, se vislumbra una tendencia hacia un enfoque más equilibrado entre producción agrícola y desarrollo energético sostenible.
El cambio en las políticas del USDA tiene repercusiones económicas significativas:
Años atrás, agricultores y comunidades rurales alertaron sobre la conversión acelerada de tierras cultivables en campos solares sin beneficios económicos claros. La reciente decisión del USDA pretende restablecer un equilibrio necesario entre energía renovable y producción agrícola efectiva.
A partir de este momento, millones de acres estarán protegidos contra desarrollos industriales solares, asegurando así que los contribuyentes no financien más experimentos energéticos perjudiciales para la seguridad alimentaria nacional.
Bajo un contexto geopolítico inestable y crecientes precios alimentarios, esta decisión reafirma las raíces agrícolas fundamentales del país. Para muchos agricultores estadounidenses, esto significa menos amenazas a su sustento; mientras que para los contribuyentes implica poner fin a subsidios derrochadores dirigidos hacia desarrolladores energéticos renovables.
Como concluyó el gobernador Bill Lee: «Los terratenientes saben que nuestras tierras agrícolas son nuestra seguridad nacional». Esta decisión marca una clara línea protectora hacia quienes cultivan nuestros alimentos y preservan nuestra soberanía nacional.
Cifra | Descripción |
---|---|
1.2 millones | Acres de tierras agrícolas perdidas en Tennessee en los últimos 30 años debido al desarrollo solar. |
2 millones | Proyección de acres de tierras agrícolas que podrían perderse para 2027 si continúan las tendencias actuales. |
50% | Aumento de paneles solares en tierras agrícolas desde 2012 a nivel nacional. |
47% | Porcentaje de proyectos solares a escala de servicios públicos ubicados en tierras agrícolas. |