Un nuevo artículo destaca la alarmante conexión entre el uso de pesticidas petroquímicos y fertilizantes sintéticos con el aumento de tasas de cáncer en Estados Unidos, especialmente en áreas agrícolas como Iowa. Investigaciones y testimonios sugieren que la exposición crónica a estos químicos está relacionada con varios tipos de cáncer, incluyendo leucemia y linfoma no Hodgkin. Además, se menciona la preocupación por contaminantes como el glifosato y PFAS, que agravan el riesgo. Expertos abogan por un cambio hacia la agricultura orgánica y regenerativa como alternativa más segura para proteger la salud pública. La creciente crisis del cáncer resalta la necesidad urgente de revisar las regulaciones sobre pesticidas y promover prácticas agrícolas más sostenibles. Para más información, visita el enlace a la noticia completa.
Un creciente número de investigaciones científicas y testimonios personales está revelando una alarmante crisis de cáncer que se desarrolla en el corazón agrícola de Estados Unidos. Un artículo publicado por The New Lede, titulado «Buscando respuestas a una crisis de cáncer en Iowa», documenta casos profundamente preocupantes que sugieren un vínculo significativo entre el uso de pesticidas y el aumento de las tasas de cáncer, especialmente en regiones rurales con intensa actividad agrícola como Iowa.
La Sociedad Americana del Cáncer proyecta que se registrarán dos millones de nuevos casos de cáncer para 2025 en Estados Unidos, con un estimado de 618,120 muertes. Esta tendencia ha llevado a los investigadores a examinar factores ambientales —especialmente la agricultura intensiva en químicos— como posibles contribuyentes al creciente problema del cáncer. La investigación destacada en The New Lede y otras publicaciones científicas conecta diversos tipos de cáncer con la exposición prolongada a pesticidas y fertilizantes sintéticos, muchos de los cuales son derivados petroquímicos.
Los estudios realizados en Iowa, donde más de 31 millones de acres están dedicados a tierras agrícolas, muestran una correlación inquietante entre la actividad agrícola y las tasas locales de cáncer. En una sesión comunitaria celebrada en Indianola, Iowa, todos los presentes levantaron la mano cuando se les preguntó si habían experimentado personalmente el cáncer o tenían una conexión cercana con alguien que lo había padecido —un testimonio impactante sobre la presencia omnipresente de esta enfermedad.
Investigaciones mencionadas en el artículo refuerzan esta asociación. Un estudio realizado en 2023 en Frontiers in Cancer Control and Society encontró que el uso de pesticidas aumenta significativamente el riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo los canceres vesicales, colorrectales, pulmonares, leucemia, linfoma no Hodgkin y pancreático. La correlación fue especialmente fuerte en estados con alta producción agrícola como Iowa, Illinois, Indiana, Ohio y Nebraska, que enfrentan colectivamente más de 150,000 casos adicionales anuales.
La literatura científica respalda estas observaciones con datos mecanicistas. Un estudio publicado en Environmental Sciences Europe encontró que el glifosato —un herbicida ampliamente utilizado— persiste en los huesos y altera las células madre hematopoyéticas al dañar el ADN,contribuyendo así a cancers sanguíneos como leucemia y mieloma. Otro estudio publicado en Environmental Health en junio del 2024 concluyó que la exposición prolongada al glifosato, incluso a dosis consideradas seguras, provoca múltiples tipos de cánceres en animales de laboratorio.
Los niños también están expuestos a un mayor riesgo. Un estudio realizado por GeoHealth centrado en Nebraska reportó un vínculo significativo entre la exposición a pesticidas y cancers pediátricos, particularmente tumores cerebrales y del sistema nervioso central así como leucemia.
El artículo también expresa alarma adicional sobre la contaminación por PFAS —los llamados “químicos eternos”— que se encuentran cada vez más en lodos residuales utilizados como fertilizante en granjas. La EPA advirtió recientemente sobre riesgos elevados relacionados con tales prácticas. Sumando la contaminación por pesticidas al aumento tóxico provocado por priones derivados del Covid-19 se genera lo que algunos llaman cáncer turboalimentado.
Defensores de la salud e investigadores argumentan que el verdadero problema radica dentro un sistema regulatorio defectuoso. La EPA regula los pesticidas bajo legislación desactualizada como la Ley Federal Insecticida, Fungicida y Rodenticida (FIFRA) promulgada en 1947; además las evaluaciones del riesgo frecuentemente ignoran efectos acumulativos y sinérgicos. La eliminación del Delaney Clause —que alguna vez exigió cero tolerancia para carcinógenos presentes en alimentos— debilitó aún más las protecciones al consumidor.
El consenso abrumador entre expertos y defensores es que existen alternativas más seguras y no tóxicas. La agricultura orgánica y regenerativa no solo elimina la exposición química dañina sino que también fomenta la biodiversidad, mejora la nutrición y combate el cambio climático. A medida que aumentan las tasas de cáncer y crece evidencia científica al respecto, se vuelve cada vez más urgente realizar un cambio fundamental sobre cómo cultivamos nuestros alimentos y protegemos nuestra salud pública.
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Fuentes para este artículo incluyen:
Cifra | Descripción |
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2,000,000 | Nuevos casos de cáncer proyectados para 2025 en EE.UU. |
618,120 | Muertes estimadas por cáncer en EE.UU. para 2025. |
31,000,000 | Acres de tierras agrícolas en Iowa. |
150,000 | Casos adicionales de cáncer anuales en estados agrícolas como Iowa, Illinois, Indiana, Ohio y Nebraska. |