El Senado de EE. UU. ha aprobado el controvertido "Big, Beautiful Bill" de Trump, que destina $175 mil millones para expandir la vigilancia biométrica, incluyendo reconocimiento facial y sistemas de inteligencia artificial. La legislación también incluye recortes a Medicaid y SNAP que podrían afectar a 11.8 millones de estadounidenses, elimina subsidios para vehículos eléctricos y aumenta el techo de deuda en $5 billones. Además, se establece una moratoria de 10 años sobre las leyes estatales de privacidad biométrica, generando preocupaciones sobre la erosión de libertades civiles y el aumento del déficit fiscal. Este proyecto de ley ha suscitado intensos debates políticos y sociales mientras se prevé su firma antes del 4 de julio.
La reciente aprobación por parte del Senado del proyecto de ley conocido como el “Gran y Hermoso Proyecto” de Trump, que asciende a 3.4 billones de dólares, ha desatado un intenso debate sobre sus amplias disposiciones relacionadas con la vigilancia biométrica. Este ambicioso plan destina 175 mil millones de dólares para financiar iniciativas vinculadas a la inmigración durante el año fiscal 2025, incluyendo más de 5.2 mil millones para el uso de sistemas de inteligencia artificial, reconocimiento facial y seguimiento de datos por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Los críticos advierten que esta legislación podría establecer un “estado esclavo biométrico”, integrando herramientas como Torres de Vigilancia Autónomas (AST) y análisis en tiempo real de la marcha, lo que permitiría una vigilancia constante sobre los ciudadanos en todo el país. Además, se establece una moratoria de diez años sobre las leyes estatales de privacidad biométrica, impulsada por amenazas de pérdida de financiamiento federal, lo cual ha alarmado a los defensores de la transparencia.
El proyecto también extiende permanentemente los recortes fiscales implementados en 2017 por Trump, al tiempo que reduce programas de salud y nutrición. Aumenta el límite deducible del impuesto estatal y local (SALT) de 10,000 a 40,000 dólares durante cinco años y elimina incentivos fiscales para energías limpias, incluidos aquellos destinados a vehículos eléctricos. Los republicanos sostienen que estas medidas fomentan la innovación y equilibran los presupuestos; sin embargo, demócratas y la Oficina de Presupuesto del Congreso advierten sobre un aumento previsto en los déficits por 3.4 billones de dólares y la posible pérdida de cobertura médica para 11.8 millones de estadounidenses.
Asimismo, el proyecto incrementa el techo de deuda federal en 5 billones de dólares, evitando así una crisis inminente pero prolongando las tensiones fiscales. Economistas del Instituto Brookings han señalado que los recortes a los subsidios para vehículos eléctricos podrían eliminar hasta 200,000 empleos verdes, mientras que empresas energéticas como General Motors han condenado esta medida como un retroceso hacia políticas negacionistas del cambio climático.
El acceso a Medicaid se verá restringido mediante requisitos laborales más estrictos y reducciones en impuestos a proveedores; además, se asignarán 50 mil millones a hospitales rurales para mitigar estos recortes. Las ayudas alimentarias del programa SNAP serán más difíciles de obtener, exigiendo a adultos sanos entre 18 y 64 años cumplir con criterios laborales más rigurosos. Los estados con altas tasas de errores facturarios asumirán entre el 5% y el 15% de los costos relacionados.
Por otro lado, se ha establecido un crédito tributario infantil fijo en 2,200 dólares—por debajo del propuesto por la Cámara que era de 2,500—pero superior al actual valor de 2,000 dólares.
La votación evidenció divisiones partidarias marcadas; la aprobación en la Cámara se dio por un margen ajustado de 218-214 votos. En el Senado, el vicepresidente JD Vance tuvo que romper un empate. El enfoque del proyecto en seguridad fronteriza, recortes impositivos y la reducción del financiamiento a prioridades demócratas refleja la agenda original presentada por Trump en 2017; no obstante, algunas disposiciones fueron limitadas debido a las reglas del proceso legislativo.
La presión hacia una mayor vigilancia biométrica ha reavivado comparaciones con tácticas autoritarias justificadas bajo pretextos crisis; sin embargo, sus defensores argumentan que es una respuesta necesaria al "caos fronterizo" observado durante la administración Biden.
Con su firma esperada para el próximo cuatro de julio, este proyecto transformará significativamente la gobernanza estadounidense al fusionar tecnología de vigilancia con políticas migratorias mientras redefine las políticas económicas. Grupos defensores de las libertades civiles temen una erosión irreversible de la privacidad personal; al mismo tiempo, expertos financieros cuestionan la sostenibilidad a largo plazo del endeudamiento generado por estas medidas.
La cláusula que establece la preeminencia federal impide que los estados promulguen leyes biométricas más estrictas hasta el año 2034, lo cual socava protecciones históricas como la Ley sobre Privacidad Biométrica (BIPA) del estado de Illinois. Críticos mencionan similitudes con legislación anterior que exigía un “Acuerdo sobre Seguridad y Prosperidad” en América del Norte como prueba evidente esfuerzos hacia una integración continental; sin embargo, líderes republicanos desestiman tales afirmaciones como teorías conspirativas.
A medida que se prevén protestas en treinta y dos estados antes firmar este proyecto ley, queda claro que la batalla por el Cuarto Enmienda apenas comienza.
Descripción | Cifra |
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Fondos asignados para expansión de vigilancia biométrica | $175B |
Personas que podrían perder Medicaid y SNAP | 11.8M |
Aumento del techo de la deuda federal | $5T |
Incremento del límite de deducción SALT (impuesto estatal y local) | $10,000 a $40,000 |