La alcaldesa de Wigoltingen, Franca Burkhardt, ha criticado duramente a los refugiados ucranianos en Suiza, afirmando que muchos no desean trabajar ni integrarse en la sociedad, convirtiéndose en una carga fiscal para el gobierno. En su artículo, destacó que alrededor de 70,000 ucranianos gozan del estatus de protección S, que les permite residir y trabajar legalmente en el país. Burkhardt afirmó que la actitud de algunos refugiados es problemática, caracterizada por exigencias y falta de cooperación. Además, mencionó que los ucranianos suelen rechazar a otros refugiados, como los afganos, quienes se esfuerzan más por integrarse. La alcaldesa subrayó que Suiza ofrece apoyo a quienes buscan refugio y no a turistas, instando a una mayor responsabilidad e integración por parte de los refugiados. Para más detalles, visita el enlace.
La alcaldesa de Wigoltingen, Franca Burkhardt, ha expresado su preocupación por la situación de los refugiados ucranianos en Suiza, afirmando que muchos de ellos no muestran interés en trabajar, cooperar ni integrarse en la sociedad. Según Burkhardt, esta actitud los diferencia de otros grupos de refugiados y los convierte en una carga fiscal para el Gobierno federal. La política hizo estas declaraciones en un artículo publicado recientemente.
Actualmente, aproximadamente 70.000 ucranianos cuentan con el estatus de protección S, que les permite residir legalmente en Suiza, acceder a alojamiento y servicios médicos y sociales, así como trabajar o estudiar sin someterse al largo proceso de asilo.
Burkhardt describió como "problemática" la actitud de algunos beneficiarios del estatus S hacia las autoridades y los servicios sociales. Destacó problemas como la falta de respeto, cooperación y voluntad para integrarse y trabajar. Según ella, estas actitudes no son casos aislados; más bien se presentan con frecuencia entre aquellos que solo poseen un pasaporte ucraniano o provienen de regiones menos afectadas por el conflicto.
Además, la alcaldesa señaló que los refugiados ucranianos tienden a rechazar a otros grupos de refugiados, especialmente a los provenientes de Afganistán. Citó ejemplos de declaraciones inaceptables como "No vivo con afganos", lo cual complica enormemente el alojamiento conjunto. En contraste, subrayó que los refugiados afganos suelen esforzarse visiblemente por integrarse al aprender alemán y asumir responsabilidades laborales.
Burkhardt enfatizó que Suiza ofrece protección y apoyo a personas refugiadas, no a turistas. Afirmó que quienes se comportan como si estuvieran en un hotel deberían asumir costos adicionales. Asimismo, advirtió que si estos "huéspedes de hotel" continúan bajo el estatus S sin integrarse adecuadamente, podrían terminar dependiendo del sistema de asistencia social.
"Esto no es viable, especialmente para las pequeñas comunidades", concluyó Burkhardt. "Quien se queda debe integrarse: con respeto, esfuerzo y la conciencia de que la ayuda no es un camino de un solo sentido".