CLAVES

Marines llegan a Los Ángeles ante disturbios mientras Newsom demanda a Trump por movilización de la Guardia Nacional

Caos Los Ángeles

OpenAI | Miércoles 11 de junio de 2025

Los Ángeles enfrenta un caos violento debido a protestas pro-inmigración que han resultado en ataques a la policía y daños a propiedades. En respuesta, el gobernador de California, Gavin Newsom, ha demandado al presidente Trump por movilizar la Guardia Nacional, alegando que esto infringe la soberanía estatal. Mientras tanto, un batallón de 700 marines se despliega para apoyar a los 2,000 miembros de la Guardia Nacional en medio de disturbios. La situación plantea serias preguntas sobre la eficacia del liderazgo local y las políticas de "santuario" de California. La llegada de los marines podría marcar un punto de inflexión en la lucha entre el orden federal y las autoridades estatales.



Las calles de Los Ángeles han estallado en un violento caos, donde manifestantes a favor de la inmigración ilegal han incendiado vehículos, atacado a las fuerzas del orden y tratado de asaltar instalaciones federales de detención. Este escenario se desarrolla mientras el gobernador de California, Gavin Newsom, entabla una batalla legal contra los esfuerzos del presidente Donald Trump para restaurar el orden. En este contexto, se ha movilizado a los Marines para reforzar a las tropas de la Guardia Nacional.

La demanda presentada por Newsom busca bloquear la intervención federal, planteando una cuestión crucial: ¿se trata de una defensa legítima de la soberanía estatal o de una rendición imprudente ante hordas anárquicas? Con California enfrentando pérdidas anuales de 23 mil millones de dólares debido a la inmigración ilegal, las prioridades del gobernador—con guardias armados en su mansión mientras las ciudades arden—revelan una desconexión alarmante entre el discurso político y el deterioro del estado de derecho.

Puntos clave

  • Un batallón de 700 Marines estadounidenses se está movilizando para apoyar a 2,000 tropas de la Guardia Nacional en Los Ángeles en medio de disturbios violentos pro-inmigración ilegal.
  • El gobernador Gavin Newsom está demandando a la administración Trump, alegando que la federalización de la Guardia Nacional viola la soberanía estatal.
  • Los manifestantes, vinculados a grupos financiados por demócratas como CHIRLA (que ha recibido 34 millones de dólares en subvenciones estatales), han atacado propiedades federales, bloqueado carreteras y chocado con la policía.
  • Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, retrasaron la respuesta policial, permitiendo que los disturbios se intensificaran antes de que intervinieran las fuerzas federales.
  • A menos que Trump invoque la Ley de Insurrección, el personal militar no puede arrestar a los alborotadores, dejando a las fuerzas del orden superadas en número.

Las políticas autoproclamadas como "santuario" en California han protegido durante mucho tiempo a los inmigrantes ilegales de la aplicación federal, pero esta fachada comienza a desmoronarse bajo el peso de sus propias contradicciones. Mientras Newsom condena el despliegue de tropas por parte de Trump como “inconstitucional”, su propia administración canaliza millones hacia grupos activistas como CHIRLA, que organizan las mismas protestas que ahora se convierten en disturbios. Este financiamiento público está socavando las ciudades que los demócratas afirman gobernar. La estrategia presupuestaria impulsada por Newsom para “proteger” a California parece un gesto vacío ante el avance militar hacia Los Ángeles—no para hacer cumplir leyes migratorias, sino para evitar que los alborotadores quemen edificios federales hasta los cimientos.

La hipocresía del gobernador es evidente. Mientras denuncia el “exceso” federal, su residencia está fortificada con guardias armados—a expensas del contribuyente—mientras sus vecindarios caen en el caos. Al mismo tiempo, ciudadanos comunes enfrentan arrestos por infracciones menores mientras agitadores violentos permanecen libres; un sistema judicial desigual donde las élites progresistas protegen a sus aliados mientras desarman a los ciudadanos respetuosos de la ley.

La manipulación del caos por parte de los demócratas

Los disturbios no son espontáneos; constituyen un asalto coordinado contra la autoridad federal, respaldado por grupos alineados con los demócratas y facilitado por líderes como Karen Bass, quien esperó hasta que la ciudad estuviera envuelta en llamas antes de desplegar policías. “Los Ángeles está siendo utilizado para un experimento”, afirmó Bass, como si ese experimento no fuera resultado del abrazo prolongado que su propia ciudad ha dado a las políticas santuario. Su retórica—similar a la de Newsom—presenta a las tropas federales como invasores y no como pacificadores, ignorando al mismo tiempo el incendio y los ataques que ocurren en tiempo real.

Este patrón se repite: desde Portland hasta Chicago, ciudades gobernadas por demócratas han tolerado e incluso fomentado la violencia anti-ICE, retratando a las fuerzas del orden como villanos y a los inmigrantes ilegales como víctimas. Sin embargo, la verdad queda evidenciada en las imágenes: alborotadores lanzando fuegos artificiales contra policías y asaltando centros de detención mientras corean consignas exigiendo fronteras abiertas. Los medios tradicionales parecen cómplices en esta narrativa; minimizan la destrucción mientras amplifican las maniobras legales de Newsom.

¿El próximo movimiento de Trump: La Ley de Insurrección?

La llegada de los Marines marca un punto crítico. Sin poder arrestar a los alborotadores, su papel se limita a proteger propiedades—una solución temporal mientras persiste el problema subyacente. Las opciones del presidente Trump son claras: negociar con un gobierno estatal que sabotea activamente la ley federal o invocar la Ley de Insurrección, un estatuto aprobado en 1807 que permite el uso militar para suprimir rebeliones domésticas.

La historia observa atentamente. En 1992, durante los disturbios por Rodney King, tropas federales restauraron el orden tras el fracaso local. Hoy día, lo que está en juego es mayor—no solo para Los Ángeles sino también para cada ciudad santuario que pone a prueba hasta dónde pueden desafiar la autoridad federal. Si tiene éxito la demanda presentada por Newsom, no solo alentará a los alborotadores; enviará un mensaje claro: los estados progresistas pueden anular leyes federales cuando lo deseen.

Las líneas están trazadas. Por un lado: un presidente aplicando el estado de derecho. Por otro: un gobernador protegiendo a alborotadores e inmigrantes ilegales mientras demanda contra quienes intentan salvar su estado del colapso.

TheNationalPulse.com

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La noticia en cifras

Cifra Descripción
700 U.S. Marines movilizados
2,000 National Guard troops en Los Ángeles
$23 billion Pérdidas anuales de California por inmigración ilegal
$34 million Subvenciones estatales para CHIRLA

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