Un informe alarmante revela que la empresa solar china Deye ha desactivado sistemas de energía solar en EE. UU., Reino Unido y Pakistán, demostrando que Beijing puede sabotear las redes energéticas occidentales. La tecnología oculta en los inversores solares fabricados en China permite el acceso remoto no autorizado, lo que plantea un riesgo significativo para la infraestructura crítica. La Ley de Inteligencia Nacional de China obliga a las empresas a colaborar con el estado, convirtiendo estos dispositivos en potenciales armas cibernéticas. Con más de 200 gigavatios de capacidad solar dependientes de estos inversores, expertos advierten que sin medidas urgentes para asegurar las cadenas de suministro, futuros apagones podrían ser actos intencionados de guerra económica.
La reciente revelación sobre la empresa solar china Deye ha puesto de manifiesto una inquietante capacidad que posee Beijing para desactivar sistemas de energía en Occidente. Este incidente, ocurrido en noviembre, mostró cómo Deye logró deshabilitar sistemas de energía solar en Estados Unidos, Reino Unido y Pakistán, evidenciando que China puede interferir en las redes eléctricas occidentales a su antojo.
Los inverters solares fabricados en China, componentes esenciales para los sistemas de energía renovable, contienen tecnología celular oculta que permite el control remoto no autorizado. De acuerdo con la Ley Nacional de Inteligencia de China, empresas como Deye están obligadas a colaborar con las agencias de inteligencia del Estado, lo que convierte esta tecnología solar en un posible arma cibernética.
Los inverters solares son responsables de convertir la corriente continua generada por los paneles solares en corriente alterna utilizable para la red eléctrica. Sin embargo, expertos en seguridad han descubierto radios celulares no documentados dentro de los inverters chinos, dispositivos que no aparecen en las especificaciones del producto. Estos elementos permiten el acceso remoto no autorizado al sistema eléctrico.
Un informante familiarizado con estos hallazgos declaró: “Eso significa efectivamente que hay una forma incorporada de destruir físicamente la red”. En noviembre de 2023, Deye demostró esta capacidad al desactivar inverters en varios países y mostrar un mensaje advirtiendo que el uso del inverter estaba prohibido en esos territorios. Este evento fue una llamada de atención sobre la posibilidad de que China pudiera desestabilizar las redes eléctricas al deshabilitar miles de inverters simultáneamente.
El verdadero riesgo radica en la Ley Nacional de Inteligencia de China, que obliga a las empresas a colaborar con operaciones de inteligencia estatal. Huawei, el mayor fabricante mundial de inverters, ya ha sido excluido de las redes telecomunicaciones estadounidenses debido a preocupaciones sobre seguridad. No obstante, las empresas chinas continúan dominando el mercado global de inverters.
Mike Rogers, exdirector de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, afirmó: “Sabemos que China considera valioso poner en riesgo algunos elementos fundamentales de nuestra infraestructura”. Aunque el Departamento de Energía estadounidense asegura estar evaluando riesgos, expertos advierten que la dependencia actual en los inverters chinos representa una bomba de tiempo.
La influencia china sobre la tecnología energética renovable se está intensificando. En Europa, más de 200 gigavatios de capacidad solar dependen de inverters fabricados en China. Mientras Estados Unidos busca reducir su dependencia, alternativas son escasas dado que China controla cerca del 33% del mercado global.
Naciones como Lituania han tomado medidas al prohibir el acceso remoto chino a instalaciones solares; Estonia también ha advertido sobre posibles chantajes si no se eliminan tecnologías chinas críticas. A pesar del análisis continuo del Reino Unido sobre su seguridad energética, continúa avanzando con políticas energéticas verdes que aumentan su dependencia respecto a importaciones chinas.
El incidente relacionado con Deye es una advertencia alarmante; sin embargo, hasta ahora el gobierno estadounidense no ha reconocido públicamente el descubrimiento de dispositivos comunicativos no autorizados en los inverters y baterías. El Departamento de Energía sostiene que trabaja para mejorar la transparencia en la cadena de suministro, pero críticos argumentan que la respuesta es insuficiente y lenta.
A medida que Occidente acelera su transición hacia energías renovables, debe confrontar una verdad incómoda: las políticas energéticas verdes están haciendo más vulnerable a la red eléctrica ante sabotajes extranjeros. Sin acciones urgentes para asegurar las cadenas de suministro y eliminar componentes controlados por China, el próximo apagón podría ser resultado no accidental sino un acto deliberado de guerra económica.
Cifra | Descripción |
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200 GW | Capacidad solar en Europa que depende de inversores chinos. |
200 | Equivalente a más de 200 plantas nucleares. |
33% | Porcentaje del mercado global de inversores controlado por China. |