Un nuevo estudio israelí publicado en 2025 en la revista Pediatric Rheumatology revela que los niños y adolescentes que recibieron vacunas contra el COVID-19 tienen un 23% más de riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes, como diabetes tipo 1 y artritis reumatoide, en comparación con sus pares no vacunados. Este riesgo alcanza su punto máximo 8.74 meses después de la vacunación. A diferencia de los vacunados, los niños que contrajeron SARS-CoV-2 de manera natural no mostraron un aumento en estos riesgos. La investigación ha generado preocupaciones sobre la seguridad a largo plazo de las vacunas, lo que ha llevado al Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. (HHS) a anunciar que detendrá las recomendaciones rutinarias para vacunar a niños y mujeres embarazadas en 2025, citando presiones por parte de grupos defensores de la salud. Este cambio de política intensifica el debate sobre los mandatos de vacunación y subraya la necesidad urgente de estudios adicionales sobre la seguridad inmunológica.
Un estudio realizado en Israel y publicado en la revista Pediatric Rheumatology ha encontrado que los niños y adolescentes que recibieron al menos una dosis de la vacuna contra COVID-19 presentan un 23% más de riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes en comparación con sus pares no vacunados. Este análisis, que abarcó datos de casi 500,000 pacientes entre 2014 y 2022, destaca las crecientes preocupaciones sobre la seguridad a largo plazo de las vacunas en medio de intensos debates sobre políticas de salud pública.
La investigación indica que el riesgo alcanzó su punto máximo aproximadamente 8.74 meses después de la vacunación. Por otro lado, los niños que contrajeron el virus SARS-CoV-2 naturalmente no mostraron un aumento en los riesgos autoinmunes, lo que sugiere una posible preocupación específica relacionada con la vacuna.
En paralelo a estos hallazgos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. (HHS), bajo la dirección de Robert F. Kennedy Jr., ha anunciado planes para suspender las recomendaciones rutinarias de vacunación contra COVID-19 para niños y mujeres embarazadas. Esta decisión se fundamenta en datos de seguridad cuestionables y en la creciente presión por parte de grupos defensores de la libertad sanitaria.
Los resultados del estudio y esta nueva política han intensificado el debate sobre los mandatos de vacunación, generando llamados a realizar estudios sobre la seguridad a largo plazo y a garantizar mayor transparencia. Críticos advierten sobre posibles consecuencias no intencionadas para la salud pública.
El estudio revisado por pares encontró un riesgo significativamente elevado para aquellos que recibieron las vacunas, con un cociente de riesgo estadísticamente significativo de 1.2323. Las enfermedades autoinmunes asociadas incluyen diabetes tipo 1, artritis reumatoide y síndrome de Guillain-Barré. La autora principal, Dr. Michelle Perro, elogió el diseño “metodológicamente robusto” del estudio e hizo hincapié en la inclusión de adolescentes hasta los 21 años, quienes son particularmente vulnerables debido al desarrollo continuo de sus sistemas inmunológicos.
No obstante, también criticó el despliegue acelerado de las vacunas pediátricas durante la operación Warp Speed, señalando que los niños no fueron estudiados adecuadamente antes del lanzamiento. “Estamos viendo las consecuencias”, afirmó.
Los hallazgos israelíes se alinean con una creciente cantidad de investigaciones que cuestionan la seguridad generalizada de las vacunas. Un reciente estudio alemán publicado en Molecular Systems Biology vinculó las vacunas mRNA con cambios genéticos capaces de provocar trastornos autoinmunes y cáncer. Además, un preprint liderado por Yale observó niveles elevados de citoquinas—un marcador de disfunción inmunológica—en individuos vacunados.
A medida que continúan los debates sobre la eficacia y seguridad vacunal, muchos expertos advierten sobre el potencial impacto negativo en poblaciones vulnerables si se ignoran estas preocupaciones emergentes.
La decisión del HHS refleja una respuesta a presiones crecientes por parte de defensores del derecho a elegir tratamientos médicos para sus hijos. Sin embargo, críticos sostienen que este cambio podría socavar protecciones vitales para individuos inmunocomprometidos. Richard Hughes, defensor de las vacunas, advirtió sobre posibles repercusiones negativas en el comportamiento social relacionado con la cobertura aseguradora para dosis pediátricas.
A medida que se intensifican los debates entre elección individual y mandatos sanitarios públicos, queda claro que estamos ante un momento crucial en el discurso global sobre salud pública. La urgencia por priorizar estudios exhaustivos sobre seguridad inmunológica es más evidente que nunca.
Fuentes consultadas:
Cifra | Descripción |
---|---|
23% | Aumento del riesgo de enfermedades autoinmunes en niños/adolescentes vacunados. |
8.74 meses | Tiempo tras la vacunación en el que el riesgo alcanzó su punto máximo. |
493,705 | Número de participantes en el estudio. |
23.2% | Riesgo estadísticamente significativo de desarrollar enfermedades autoinmunes en individuos vacunados. |