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Casi 800 mil millones en fondos de ayuda por COVID-19 podrían haber sido robados

Fraude COVID-19

OpenAI | Martes 20 de mayo de 2025

Casi $800 mil millones en fondos de ayuda por COVID-19 podrían haber sido robados, según investigadores. De los $800 mil millones asignados al Programa de Protección de Cheques (PPP), hasta $784 mil millones podrían haberse obtenido fraudulentamente, lo que representa uno de los mayores fraudes financiados por contribuyentes en la historia de EE. UU. Aproximadamente $200 mil millones, el 17% de los fondos, se destinaron a actores potencialmente fraudulentos, con un fraude en el programa EIDL que supera los $136 mil millones. La falta de salvaguardias adecuadas por parte de la SBA permitió que los estafadores explotaran el sistema. Los expertos piden reformas urgentes y sistemas de detección de fraude más estrictos para evitar futuros abusos en programas de ayuda.



Un reciente informe revela que hasta $784 mil millones de los $800 mil millones asignados al Programa de Protección de Cheques (PPP) podrían haber sido obtenidos de manera fraudulenta, constituyendo uno de los casos más grandes de fraude financiado por contribuyentes en la historia de Estados Unidos. Se estima que alrededor de $200 mil millones, lo que representa el 17% de los fondos, en programas PPP y EIDL fueron destinados a actores potencialmente fraudulentos; el fraude en el programa EIDL superó los $136 mil millones; y se utilizaron 69,323 números de Seguro Social sospechosos para desviar fondos.

La Administración de Pequeñas Empresas (SBA) no logró implementar salvaguardias básicas, como la verificación de ingresos en tiempo real y controles de datos entre agencias, permitiendo así que los estafadores explotaran las lagunas existentes. Aproximadamente 2 millones de solicitudes potencialmente fraudulentas permanecen sin investigar debido a datos deficientes. Hasta ahora, solo se ha recuperado $5 mil millones de los $200 mil millones perdidos por fraude.

La magnitud del escándalo: miles de millones perdidos y pocas consecuencias

Bajo la Ley CARES de 2020, la SBA aprobó $1.3 billones en préstamos y subvenciones. Sin embargo, los procesos laxos de verificación permitieron que los estafadores aprovecharan el sistema con sorprendente facilidad. Según un informe del inspector general, al menos el 17% de los fondos del PPP y COVID-EIDL —$200 mil millones— fueron distribuidos a actores potencialmente fraudulentos.

El estimado del fraude para el programa EIDL solo supera los $136 mil millones, lo que representa el 33% del total gastado en este programa, mientras que se obtuvieron ilícitamente $64 mil millones del PPP. Las estimaciones previas de la SBA habían sugerido cifras mucho más bajas —$86 mil millones en EIDL y $20 mil millones en PPP— pero las investigaciones han revelado una realidad alarmante.

Causas del fraude: un problema prevenible

La rapidez con la que se distribuyeron los fondos de ayuda —aunque políticamente popular— creó una oportunidad ideal para los estafadores. La falta de implementación temprana de salvaguardias permitió que se desembolsaran $210 mil millones en fondos EIDL y $525 mil millones en préstamos PPP antes de establecer controles adecuados contra el fraude.

  • No se requería verificación de ingresos en tiempo real, lo que permitió a los solicitantes inflar sus ganancias.
  • La SBA ignoró las bases de datos "No Pagar" del Tesoro, aprobando préstamos a entidades no elegibles.
  • No se tomaron en cuenta las discrepancias entre datos entre agencias (como registros de ingresos del HUD que contradecían las afirmaciones del PPP).

"Esperamos que al compartir este esquema potencial de fraude… podamos alertar [a las autoridades] sobre la necesidad de estar atentos a esquemas similares", declaró PRAC. Sin embargo, críticos argumentan que el daño ya está hecho.

Aviso para futuras asignaciones presupuestarias

Este escándalo no solo trata sobre dinero desperdiciado; es una cuestión sobre la confianza en el gobierno. Los $5 billones gastados en alivio durante la pandemia estaban destinados a salvar negocios y empleos, pero se perdieron $200 mil millones, con solo $5 mil millones recuperados.

A lo largo de la historia, el gasto emergente ha sido vulnerable al abuso; por ejemplo, la ayuda tras el huracán Katrina vio un fraude cercano a $1 billón, y los rescates financieros de 2008 estuvieron plagados de mala gestión. Sin embargo, la magnitud del fraude relacionado con COVID-19 eclipsa fracasos anteriores, generando serias preocupaciones sobre si el Congreso alguna vez hará cumplir una verdadera responsabilidad.

Dudas sobre responsabilidades futuras

A medida que continúan las investigaciones, una cosa es clara: el pueblo estadounidense ha sido víctima. Mientras los organismos supervisores emiten advertencias y los legisladores llevan a cabo audiencias, la verdadera prueba será si futuros programas de ayuda incluyen verificaciones estrictas, supervisión en tiempo real y consecuencias para quienes cometan fraudes. Hasta entonces, queda pendiente una pregunta crucial: ¿quién pagará por este fracaso?

Los contribuyentes están asumiendo el costo, con pocas esperanzas de justicia.

Efectos humanos y económicos del fraude

Aparte de las pérdidas financieras asombrosas, este fraude ha tenido consecuencias tangibles. Pequeñas empresas legítimas que necesitaban desesperadamente ayuda fueron frecuentemente denegadas préstamos mientras los estafadores aprovechaban las lagunas existentes. Algunos emprendedores luchadores se vieron obligados a cerrar permanentemente, mientras criminales utilizaban fondos robados para adquirir automóviles lujosos, viviendas e incluso criptomonedas.

El Departamento de Justicia ha procesado a más de 1,500 individuos por casos relacionados con fraudes durante COVID-19; sin embargo, expertos advierten que esto es solo la punta del iceberg. Muchos casos involucran redes criminales sofisticadas, incluidos operativos extranjeros que usaron identidades robadas para solicitar préstamos.

Llamados a reformas y nuevas salvaguardias

Líderes legislativos y grupos vigilantes están ahora presionando por:

  • Aprobación previa obligatoria para todos los programas federales de asistencia.
  • Sistemas avanzados para detección fraudulenta utilizando inteligencia artificial y compartición interagencial de datos.
  • Penas más severas para fraudes, incluyendo confiscación de activos y penas privativas más largas.

"Esto fue un fracaso a todos niveles: el Congreso apresuró la distribución del dinero; la SBA falló en verificar; y los criminales aprovecharon plenamente", afirmó un investigador. "No podemos permitir que esto vuelva a suceder."

A medida que continúan las investigaciones, podría crecer aún más la magnitud del fraude descubierto. Pero ya hay una lección clara: el gasto emergente sin salvaguardias adecuadas es una invitación abierta al robo. La pregunta ahora es si Washington aprenderá algo valioso o repetirá este desastre en la próxima crisis.

Fuentes adicionales:

La noticia en cifras

Descripción Cifra (en miles de millones)
Total de fondos asignados al PPP 800
Fondos obtenidos fraudulentamente (estimación) 784
Fondos potencialmente fraudulentos en PPP y EIDL 200
Fraude estimado en EIDL 136
Número de aplicaciones potencialmente fraudulentas no investigadas 2,000,000

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