CLAVES

USAID Official Accused of COVID Relief Fraud with Fake Company

Fraude federal

OpenAI | Miércoles 14 de mayo de 2025

Un alto funcionario de USAID, Yusuf Akoll, ha sido acusado de fraude por crear una empresa ficticia, Naagode Consulting LLC, para obtener fraudulentamente $16,666 en préstamos del Programa de Protección de Cheques (PPP) durante la pandemia de COVID-19. Este caso pone de relieve los riesgos generalizados de fraude en programas de ayuda federal debido a la falta de supervisión y la rápida distribución de fondos. Críticos advierten que abusos similares podrían extenderse a otras agencias. La administración Biden ha enfrentado críticas por su decisión de detener la recuperación de préstamos fraudulentos menores a $100,000, lo que podría facilitar más fraudes. Se estima que más de $1 billón en fondos de alivio por COVID han sido robados globalmente. Este incidente resalta la necesidad urgente de una supervisión más estricta en la distribución de fondos federales.



Yusuf Akoll, un alto funcionario de contratación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), enfrenta acusaciones por haber creado una empresa ficticia, Naagode Consulting LLC, con el fin de obtener fraudulentamente $16,666 en préstamos del Programa de Protección de Cheques (PPP) durante la pandemia de COVID-19. Este esquema implicó la falsificación de registros comerciales, incluyendo declaraciones de ingresos fabricadas y una cronología operativa inválida.

El caso pone de manifiesto los amplios riesgos de fraude en los programas de ayuda de emergencia, que han sido objeto de críticas debido a la supervisión deficiente y la distribución apresurada. Los críticos advierten que abusos similares podrían extenderse a otras agencias, incluidas las operaciones de ayuda exterior de USAID.

Controversias sobre la gestión del fraude

La decisión del gobierno de Biden en 2023 de detener las cobros por préstamos fraudulentos inferiores a $100,000 ha suscitado críticas por permitir abusos adicionales. El Congreso estuvo a punto de dejar expirar al Inspector General Especial para la Recuperación Pandémica (SIGPR), lo que habría puesto en peligro investigaciones sobre cientos de millones en fraudes sospechosos.

Defensores como la senadora Joni Ernst (R-IA) enfatizan la necesidad de procesar a los defraudadores y recuperar los fondos robados. Casos recientes, como el del empresario floridano Jeanty Cherilus, quien recibió una sentencia de 18 meses por fraude en préstamos por $370,000, subrayan los esfuerzos continuos en la aplicación de la ley.

Una mirada más profunda al caso Akoll

Expertos estiman que más de $1 billón en fondos destinados a alivio por COVID-19 podrían haber sido robados a nivel global, con gran parte perdida debido a estafas. El caso Akoll ejemplifica cómo las salvaguardias inadecuadas convierten los programas de ayuda en objetivos fáciles para la explotación, lo que exige una supervisión más estricta.

Según documentos judiciales, Akoll registró una empresa fachada basada en Virginia en noviembre de 2020 —meses después del plazo límite para calificar para el PPP— y afirmó falsamente que el negocio había estado operativo desde enero del mismo año. Además, reportó ingresos inexistentes para calificar para los préstamos. Las investigaciones no encontraron evidencia alguna que respaldara su actividad comercial legítima.

Implicaciones más amplias para los programas federales

Este caso resalta las vulnerabilidades sistémicas en la distribución de ayudas gubernamentales, especialmente aquellas lanzadas rápidamente durante emergencias. Mike Benz, defensor nacional de seguridad y transparencia, vinculó este incidente a preocupaciones más amplias sobre abusos en contratos federales.

A medida que continúan las investigaciones sobre el caso Akoll y otros similares, persiste la inquietud sobre cuántos casos adicionales podrían estar ocultos dentro de los programas federales. Con miles de millones ya perdidos, nunca ha sido tan urgente exigir una supervisión más rigurosa y efectiva.

Lecciones aprendidas y futuro incierto

El caso contra Yusuf Akoll es más que un incidente aislado; refleja un sistema que priorizó la rapidez sobre la seguridad al distribuir fondos públicos. Aunque el gobierno ha logrado recuperar algunos pagos fraudulentos, se estima que más de $1 billón podría haberse perdido debido a fraudes relacionados con COVID-19.

Para los contribuyentes, queda claro que sin salvaguardias robustas, los bien intencionados programas de ayuda pueden convertirse en blancos fáciles para explotadores. A medida que las agencias federales enfrentan estas fallas, la demanda por rendición de cuentas —tanto dentro de USAID como en todos los programas asistenciales— solo se intensificará.

La noticia en cifras

Cifra Descripción
$16,666 Monto obtenido fraudulentamente por Yusuf Akoll a través de préstamos PPP.
$40,000 Ingreso reportado por Akoll en 2019 para calificar para los préstamos.
$370,000 Monto defraudado por Jeanty Cherilus, otro empresario condenado por fraude en préstamos COVID.
$1 trillion Estimación del monto total de fondos de alivio COVID que podrían haber sido robados globalmente.

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