OPINIÓN

Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es... realizar

Israel Rabinowicz | Domingo 29 de marzo de 2020
A mis casi 80 años y mi origen argentino hacen que algunas veces utilice ejemplos que para una gran mayoría de mis lectores, al lado mío todos jóvenes empresarios y ejecutivos éstos, al día de hoy casi 3.400.000 distribuidos en todo Latino América, España y Portugal, sean por ellos desconocidos, para aquellos que requieran mayor información los invito a ingresar a Google en donde encontrarán actualización sobre la que ésta nota está fundada.

Transcurría en Argentina el año 1955 y un golpe militar pretendía derrotar al Presidente Juan Domingo Perón, fue el momento en que los aviones de la fuerza aérea despegaron de sus bases siendo leales al gobierno vigente, en el aire se dieron vuelta y regresaron, aterrizaron en sus bases como revolucionarios.

Sirva la corta introducción para explicar el comportamiento actual de un periodismo, no es un privilegio israelí, que demuestra claramente lo bajo, bajísimo a lo que se puede descender, sus opiniones, sus escritos suavemente van cambiando, se modifican según sean los escondidos patrocinadores, cada uno de éstos interesados en el gran reparto de dineros y beneficios, que buscan palancas y apoyos, la lubricación en los lugares y personas justas mucho ayuda, de operadores abre puertas se inundó el mercado.

Israel es un país que estadísticamente está entre los 3 principales del mundo en cantidad de profesionales que disponen del mayor título académico, los máximos Doctorados y Profesorados en las más diversas disciplinas, es algo normal y de rutina, ello puede explicar inteligencia y capacidad, no ejecutividad.

Cuando el problema del Coronavirus esté superado mucho habrá que comenzar de cero o de valores negativos, otra economía, otro mundo y, seguramente, otros dirigentes políticos tendremos por delante, surgirán nuevas voces que reemplazarán a los vendedores de opiniones de hoy, también muchas comisiones investigadoras.

Para no quedar comprometidos hacia el futuro nadie nada firma, hablar sí y mucho, las responsabilidades siempre se derivan hacia arriba.


Noticias relacionadas