OPINIÓN

Economía para andar por casa

Seguimos con los «ejes prioritarios» del acuerdo PSOE-UP

Jorge Molina Sanz | Domingo 15 de diciembre de 2019
Ya nos había anunciado el marino que quería seguir analizando los puntos del sublime y excelso acuerdo de gobierno entre PSOE y UP, por lo que no se hizo esperar una vez sentados en la mesa...

—El otro día hablamos del punto primero, sobre la creación de empleo, pero como parece que la negociación no se ha acabado, nos podemos entretener destripando, sin mala intención —subrayó con tono irónico—, otros puntos como el cuarto: «Fortalecer a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos. Impulsar la reindustrialización y el sector primario. Facilitar desde la Administración las bases para la creación de riqueza, bienestar y empleo, así como el impulso digital». ¡Ahí queda eso! ¡A ver quién me lo supera!

Hubo risas, parece que cosas tan importantes, lejos de despertar interés o entusiasmo solo levantan hilaridad, por lo que la joven profesora comentó:

—Antes de que hagamos cualquier comentario o análisis me gustaría aportar algunos datos. Durante la crisis perdimos unas 160.000 pymes, en estos años que hemos tenido de recuperación se han creado unas 80.000, es decir, alrededor de la mitad, con un factor añadido que éstas cuentan con un índice de empleo medio inferior a las de antes de la crisis; además tenemos algunos nubarrones en el horizonte por lo que ese crecimiento del que tanto se hace gala habrá que ponerlos en cuarentena. De momento, un nuevo informe del Banco de España, que no tiene que ser infalible, pero por lo menos a tener muy en cuenta, nos dice que el porcentaje de empresas que crean empleo se ha reducido por primera vez desde que se inició la recuperación en 2013, y si bien el empleo ha seguido creciendo se ve una clara desaceleración.

El marino atajó:

—Nos podemos seguir enfrascando en cifras y datos, que siempre son necesarios, pero me gustaría que hablásemos de conceptos más subjetivos, pero que en el mundo empresarial son muy importantes, el «caldo de cultivo» para que se creen empresas, esa «sensación de estabilidad» para que se apueste por proyectos e invertir, y también me gustaría verlo de una forma simple, de andar por casa para que yo, como lego, lo pueda entender; porque lo que escucho demasiado, que se aplica a todo, es el término de «progresista» y veo que no es sinónimo de crear progreso, y eso es lo que a mí me interesa. Porque sin entender, me pregunto ¿Cómo me pueden prometer que van a fortalecer a las empresas, reindustrializar, crear riqueza y empleo, si lo primero que han dicho es que van a subir los impuestos a las empresas? Me suena a contradicción.

—Si, mi querido amigo —comentó la joven profesora—, en cuanto a la reindustrialización, suena a risa cuando lo que se ha venido haciendo es provocar la «muerte dulce» en aquellas zonas donde se desmantelaron industrias, encima contamos con una electricidad cara y lo que hemos visto en las últimos día es como se ha favorecido a las eléctricas en detrimento de familias y empresas, pagando unos intereses que ya quisiéramos nosotros para nuestros ahorros. El precio político de no haber llevado una política ordenada y coherente en materia de energía lo estamos pagando caro. Tendrán que decir como resuelven esta incongruencia y atraemos inversiones industriales a este país.

Mientras asentía, nuestro viejo marino comentó:

—Otra cosa que parecemos obviar es que vivimos en un mundo muy global e interrelacionado por lo que, si bien en pocos días se puede dar un vuelco a las previsiones proyectadas, también es cierto que crear procesos de reindustrialización, de creación de empresas capaces de crear empleo con alto grado de cualificación, y por ende «empleo de calidad», no se improvisa, es una labor lenta que precisa de mucha inversión y de predisposición. Encima tenemos síntomas de resfriado en ciertos mercados importantes, por lo que también nos toca abrigarse y cuidarse, si no se hace, podemos acabar con pulmonía. Deberíamos tener cuidado con aceptar postulados no realistas. Los milagros en economía y en empresa no existen.

—Un punto de vista importante —comentó la profesora—, porque estoy segura de que se necesita ayudar, de forma realista y práctica a las pymes. Además, para favorecer el emprendimiento —y eso es muy lento y costoso— se precisa introducir la cultura del riesgo y acabar con el miedo a fracasar. En los proyectos innovadores y disruptivos se caracterizan por que son lentos y unas altas probabilidades de fracaso, por lo que se tienen que hacer desaparecer las consecuencias y la sanción social, financiera y fiscal que existen en la actualidad.

Nuestro viejo marino, mirando expresivamente a la profesora indicó:

—Querida no sigas, que te veo haciendo un programa de gobierno y nosotros no somos ninguno de los gurús de los partidos con sus recetas infalibles. Nos conformamos con que una buena administración, que no gasten más de lo que se ingresa y, como en cualquier familia, que no gasten lo que no tienen y eliminen los gastos que no aportan nada y no generan riqueza.

Además —dijo— sobre impulso digital que lo implanten en la Administración que todavía está anclado en el siglo pasado, salvo para cobrarnos y controlarnos.

Lo miramos, estaba drástico, pero imaginamos que gobernar es más complejo que esto, pero que podemos saber nosotros si vivimos en la aldea.

jorgemolina.tesismo@gmail.com

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas