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Mohamed VI compra a Putin un sofisticado submarino que tendrá su base en el estrecho de Gibraltar

martes 18 de agosto de 2015, 16:23h

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En su próximo viaje a Moscú a finales de año, el rey Mohamed VI firmará un acuerdo ruso-marroquí para la adquisición de un sofisticado submarino que será el primero de la Armada Alauí.

El submarino “Clase Amur-1650” de cuarta generación tiene propulsión diésel-eléctrica, 72 metros de eslora, es muy silencioso, está equipado con seis tubos lanzatorpedos y alberga un modernísimo sistema de guerra electrónica. Operará desde la nueva base naval marroquí de Alcazar-Seguir, a 40 kilómetros de Tánger, en pleno estrecho de Gibraltar.

Las negociaciones ruso-marroquíes para la compra del submarino se iniciaron en 2013. Moscú ofrece un sumergible de última generación construido en sus astilleros de Crimea a un precio muy competitivo, unos 296 millones de euros.

El submarino “Amur-1650” es considerado por los expertos un rival directo de los futuros S-80 que equiparán la Armada española y en general es superior a los “Scorpene” franceses.

Medios de inteligencia europeos estiman que la adquisición por parte de Marruecos de este tipo de submarino -sería el segundo país después de Siria en dotarse de esta temible arma de ataque- alterará el equilibrio geoestratégico en la región del estrecho de Gibraltar.
Marruecos cedería a la Armada rusa talleres para el mantenimiento del submarino en la base de Alcazar-Seguir, en pleno estrecho de Gibraltar


Sus sofisticados sistemas obligarán a la Armada Real marroquí a establecer acuerdos de formación de oficiales y personal especializado y, con toda probabilidad, ceder a la Marina rusa talleres de reparación en la base marroquí, similares a los que la 5ª Flota rusa posee en el puerto sirio de Lataquia.

“La visita del rey Mohamed VI a Moscú invitado por el Presidente Vladimir Putin tendrá una importancia histórica y estratégica”, asegura el embajador marroquí en Rusia, Abdelkader Lachheb.

En los últimos años el Rey Mohamed VI, jefe de las Fuerzas Armadas Reales (FAR), ha llevado a cabo un ambicioso programa de rearme justificado por el crecimiento del terrorismo en el Sahel, la participación de los militares marroquíes en misiones internacionales, la defensa de la ex provincia española del Sáhara Occidental, la reivindicación de las plazas de soberanía española del norte de África y la siempre latente desconfianza hacia Argelia, su secular enemigo.

Marruecos ha engrosado sus arsenales con 200 carros de combate norteamericanos “Abrams” (que se suman al medio centenar de T-72 adquiridos a Bielorrusia) y su correspondiente munición, moderna artillería de campaña, helicópteros norteamericanos de ataque “Apache”, 50 cazabombarderos F-16, misiles, bombas guiadas por láser y drones “Predator”.

En el ámbito naval, la Armada marroquí ha adquirido tres corbetas holandesas “Clase Sigma”, una fragata francesa de última generación “Clase FREMM”, que se unen a las fragatas galas de la “Clase Floreal”, todas ellas dotadas con misiles antiaéreos y anti buque, y ahora el submarino ruso.

Marruecos dispone de la versión avanzada del radar norteamericano SeaVea que permite un control efectivo de todo lo que navega por aguas del estrecho de Gibraltar, mar de Alborán y golfo de Cádiz.

El continuo rearme marroquí causa recelo en medios militares españoles que consideran altera el equilibrio armamentista en la región del estrecho de Gibraltar. La adquisición por Marruecos de su primer submarino ha incrementado dichos recelos ya que España solo cuenta en estos momentos con un submarino operativo tras los continuos retrasos en la fabricación de los nuevos S-80.
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