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Franco ayudó a Estados Unidos en la Operación Paperclip para recuperar a un millar de científicos nazis

martes 19 de enero de 2016, 08:01h

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El dictador Franco ayudó a Estados Unidos un año antes de terminar la Segunda Guerra Mundial en las negociaciones de Washington con la jerarquía nazi para trasladar a Norteamérica a un millar de científicos alemanes, en lo que años después se ha conocido como Operación Paperclip. El presidente Eisenhower devolvió el favor a Franco firmando en 1953 un acuerdo económico y militar con España que permitió a la dictadura franquista sobrevivir durante 40 años. En la posguerra, y en pago al apoyo de Franco, Estados Unidos utilizó al dictador argentino Juan Domingo Perón para el envío de miles de toneladas de trigo a España con el que mitigar la hambruna.

Los documentos desclasificados por el FBI que revelan que Adolf Hitler no se suicidó en el búnker de Berlín y huyó a Tenerife antes de instalarse en Argentina, fruto de la investigación del veterano agente de la CIA Robert Baer* que los ha estudiado al frente de un equipo de expertos, han causado revuelo en los servicios de inteligencia europeos.

Entre los servicios secretos se ha sostenido que Hitler huyó a Argentina y no fue molestado hasta su muerte a principios de la década de los años sesenta, a cambio de que los mejores científicos nazis se trasladasen a Estados Unidos para trabajar en programas secretos que diesen ventaja a Norteamérica frente a la Unión Soviética, en la mayor fuga de cerebros del siglo XX conocida años después con el nombre de Operación Paperclip.

Franco estuvo al corriente de la Operación Paperclip y la apoyó cuando la derrota del Reich alemán estaba próxima

De confirmarse en los próximos años por documentos secretos que los archivos norteamericanos desclasifiquen que Hitler recaló en Tenerife antes de dirigirse a Argentina, sacaría a la luz el apoyo de Franco al líder nazi, y cómo fue uno de los secretos más celosamente guardados por el dictador.

A raíz del revuelo montado por los documentos del FBI que prueban que no existen evidencias científicas de que Hitler y Eva Braun muriesen en el búnker de la Cancillería de Berlín, mil21.es ha sabido en medios de inteligencia europeos que Franco estuvo al corriente de la Operación Paperclip y la apoyó cuando la derrota del Reich alemán estaba próxima.

Avances tecnológicos nazis

Un año antes de concluirla Segunda Guerra Mundial la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS, por sus siglas en inglés), precursora de la CIA y dirigida por el general Williams Donovan, estaba sorprendida por los extraordinarios avances tecnológicos de la maquinaría militar alemana.

Donovan ideó un plan para recuperar al mayor número posible de científicos, ingenieros y expertos en las más variadas disciplinas: cohetes, bomba de fisión nuclear, experimentos genéticos, propulsión electromagnética, viajes en el tiempo, etc.

La fuga de un millar de científicos alemanes acordadacon la jerarquía nazi por los servicios secretos norteamericano, británicoy el Vaticano tenía como contrapartida la fuga de Hitler

La Operación Paperclip fue acordada por la OSS, el servicio secreto británico y el Vaticano con un reducido grupo de dirigentes nazis. Convinieron el traslado masivo de un millar de científicos alemanes a Estados Unidos con la contrapartida de que Hitler y sus colaboradores más cercanos abandonasen Alemania antes de producirse la rendición. La ruta de huida se llevaría a cabo a través de España, con el apoyo del general Franco, aliado de Hitler.

Ayuda de Argentina

Estados Unidos pagó el enorme favor a Franco con una ayuda directa e indirecta que permitió sobrevivir a la dictadura franquista durante 40 años. Uno de los instrumentos del apoyo norteamericano fue el general argentino Juan Domingo Perón.

En los primeros años de la posguerra española Washington apuntaló la supervivencia del régimen franquista a través de Argentina. El presidente Perón abasteció a España con cientos de miles de toneladas de trigo, carne y otros productos agrícolas entre 1946 y 1951, cuando el país estaba aislado y sancionado por las Naciones Unidas por su apoyo a la Alemania nazi y a la Italia fascista.

Los barcos argentinos transportaron los suministros comprados por Madrid a préstamos con bajo interés hechos por Buenos Aires, gracias al combustible proporcionado por Estados Unidos.

El general argentino Perón fue un instrumento de Estados Unidos para devolver el favor a Franco

Más tarde, cuando Washington consideró llegado el momento, estableció relaciones económicas y comerciales directas con España y negoció el acuerdo hispano-norteamericano ratificado en 1953 por el Presidente Dwight Eisenhower y Franco. Según los términos del mismo, Madrid permitía la creación en territorio español de cuatro bases militares norteamericanas e instalaciones de telecomunicaciones a cambio de ayuda económica y militar.

Curiosamente la firma del acuerdo en septiembre de 1953 coincidió con la del Concordato con la Iglesia Católica rubricado en agosto del mismo año. Washington y el Vaticano daban así el espaldarazo público a la incorporación de España en la comunidad internacional.

No es por casualidad que la visita triunfal que realizó Evita Perón a España en 1947 se completó con otra al Vaticano donde fue recibida en audiencia por el papa Pío XII, otro de los artífices de la recuperación del millar de científicos nazis.

El silencio de Washington

Estados Unidos nunca ha querido admitir que la ayuda al general Franco fue el pago por su colaboración en recuperar a los científicos alemanes. También Gran Bretaña, aliado inquebrantable de Washington, apoyó al régimen de Franco.

Hay que recordar que entre las materias primas exportadas por España a Argentina como pago de los cientos de miles de toneladas de alimentos, se encontraban abundantes productos mineros y metalúrgicos necesarios para la industrialización del país procedentes de las minas y fábricas de capital inglés existentes entonces en España.

La mediación del general Franco entre Londres, Washington, el Vaticano y la jerarquía nazi para llevar a cabo la Operación Paperclip es un capítulo aún no abordado por los historiadores.

Hasta ahora solo se conoce el apoyo del régimen franquista en los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado a dirigentes nazis que se ocultasen en el sur de España bajo falsas identidades. Así como el papel que desempeñaron los servicios secretos de Franco en la red Odessa que facilitaba el tránsito por territorio español de responsables del nazismo en su camino hacia Latinoamérica.

*Robert Baer ha sido durante veintiún años agente de la CIA y ha realizado operaciones clandestinas en Irak, Afganistán, Líbano y Sudán. Disconforme con la evolución de la agencia de inteligencia, la abandonó en 1997 y decidió contar su vidaen un libro titulado “Soldado de la CIA” (Crítica, 2002).

Era la primera vez que un agente de alto rango de la agencia de inteligencia de Estados Unidos contó la realidad de su trabajo cotidiano de espionaje y cómo ha actuado la CIA durante décadas.

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